Oviedo, P. G.

De la nómina de comparecientes llamados a la Junta para declarar ante la comisión parlamentaria del «caso Marea» se cayó ayer uno de los testigos considerados clave para el avance de la investigación: Consolación Carrera Suárez, que fue jefa de servicio en la Dirección General de Planificación y Centros de la Consejería de Educación, la que controlaba María Jesús Otero, una de las principales imputadas. Carrera no compareció, ya que los servicios de la Cámara no lograron localizarla para enviarle la notificación. Hasta la misma tarde del lunes, pocas horas antes de su cita, lo estuvieron intentando.

Las que sí comparecieron fueron las funcionarias que, a finales de la última legislatura de Areces, ocupaban la jefatura de servicio y de sección en la Agencia de Sanidad Ambiental y Consumo, María del Carmen Martínez y Beatriz Vigil, respectivamente. Cuervas-Mons aportó a la comisión un correo firmado por Vigil en el que enviaba a la empresa Hélice los datos de Infancia y Territorio, del grupo de La Productora, para que le pasase a ella y no a la Administración una factura por 8.700 euros. Lo hizo, dijo, «por orden de sus superiores jerárquicos».