Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

«El sistema retributivo de la Junta, que se ideó sobre la base de que el diputado ejerce todos los días del año y no sólo en el Parlamento, ha entrado en crisis y me temo que resulta imprescindible acometer su revisión». Lo dice Bernardo Fernández, presidente del Consejo Consultivo del Principado y «arquitecto» de la autonomía asturiana en los primeros años ochenta del pasado siglo. En declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, el que también fuera vicepresidente del Gobierno regional con Juan Luis Rodríguez-Vigil y consejero de Presidencia de Rafael Fernández y de Pedro de Silva, alerta de que «la percepción social» hoy es que el sistema de dietas fijas por manutención y kilometraje «se presta a malos usos». Y eso «puede resultar intolerable para la ciudadanía», advierte. A partir de ahí, y lejos de propugnar una vuelta a los tiempos del «voluntarismo» político, de los que también es heredero el actual modelo retributivo de la Junta, Bernardo Fernández aboga por replantear el sistema «teniendo en cuenta que la política es un oficio noble que se tiene que desempeñar con dignidad, lo que requiere una retribución acorde con los tiempos, respetando los criterios de austeridad de la autonomía».

«Lo que no se puede ser es fariseo: los políticos deben cobrar una cantidad que esté acorde con la situación de la sociedad», subraya Fernández, que abomina de aquellos «que se marcan sueldos bajos y luego los engordan con prácticas irregulares». Tampoco está de acuerdo este padre del Estatuto de Autonomía con que sean los partidos quienes complementen económicamente las percepciones de los parlamentarios. A este respecto, el presidente del Consejo Consultivo se decanta por un modelo «transparente», en el que el político «esté retribuido de manera acorde con la situación social, tomando como comparación no a los grandes ejecutivos y a sus bonus, sino la media de la ciudadanía».

Fernández subraya que «esta sociedad no puede ser ácrata ni tampoco esperar que el político lo sea tan sólo a tiempo parcial: el modelo hay que sostenerlo económicamente». Ahora bien, considera que la austeridad debe seguir siendo una «característica» «de la autonomía asturiana. «Yo diseñé la Administración y se caracterizó por el rigor, el tamaño reducido y la austeridad», asegura el consejero de Presidencia de Pedro de Silva.

En la actualidad, los diputados regionales tienen en nómina una cantidad fija de 933,74 euros al mes para manutención y alojamiento que está exenta de tributación por una ley estatal de 2006. Además, por gastos de desplazamientos disponen de otro ingreso fijo mensual que varía en función de la distancia que el parlamentario declare desde su domicilio a la sede ovetense del Parlamento. Esos kilómetros se multiplican por 0,1864011 euros y por treinta días, de forma que los diputados cobran kilometraje todas las jornadas del año, incluyendo sábados, domingos, festivos y períodos vacacionales, independientemente de los viajes que realmente hagan. Además, tampoco tributan por este concepto, debido a que las percepciones por locomoción quedan excluidas de gravamen cuando se pagan a menos de 0,19 euros el kilómetro.

Las exenciones fiscales hacen que haya diputados que se ahorran hasta 8.000 euros al año, o incluso más, en el impuesto del IRPF. Si en lugar de tributar por su asignación base lo hicieran por todo pagarían entre un 35% y un 100% más.

El Grupo Socialista, mayoritario en la Junta y principal sostén del Gobierno regional de Javier Fernández, ha puesto encima de la mesa la necesidad de cambiar el sistema de pago de dietas, una iniciativa que anteriormente ya planteó UPyD. El PSOE quiere un modelo «irreprochable» y está dispuesto a promover un amplio acuerdo entre el resto de partidos, para el que han mostrado disposición todos menos Foro. La propuesta para los desplazamientos podría pasar por un modelo similar al de los funcionarios del Principado, que cobran por cada desplazamiento a razón de 0, 21 euros el kilómetro, por encima de los 0,19 euros que marca la ley para la exención del IRPF. Para manutención y alojamiento, los socialistas quieren un tipo de ingreso que también tribute a Hacienda.

El sistema actual de retribuciones en la Junta permite que haya diputados que perciben mensualmente más de 2.000 euros por las dietas o que más de veinte parlamentarios tengan un sueldo superior al de Javier Fernández.