Conforme pasan los días se hace más patente que la crisis ha tomado estado, que el sistema se ha quedado viejo y que, por tanto, de la situación de crisis hemos pasado al estado de crisis. La gente se pregunta cuánto durará, y la respuesta, que puede parecer un tanto vaga, es que durará tanto como lo que tarde en alumbrar un nuevo sistema. O sea, la crisis misma se ha vuelto sistémica. Un sistema es un orden general de la economía y la sociedad, pero llega a cada uno de sus individuos, los modela y los pone en orden. Los grandes dirigentes mundiales, los gurús económicos y los líderes intelectuales hacen propuestas, una tras otra, pero en realidad no saben palabra de cómo será el nuevo sistema, ni hacia dónde vamos. Tal vez el gran cambio resida en que el sistema se ha independizado de nosotros, el avión vuela sin pilotos y haya que esperar a que el programa se reprograme, si sabe.