La unidad terapéutica educacional (UTE) del centro penitenciario de Villabona es una iniciativa digna de todo reconocimiento, que persigue, con acierto, la educación de las personas internas, con el fin de concienciarlas y prepararlas para conseguir su reinserción definitiva en la sociedad, en la que se integrarán cuando cumplan con su condena.

Una iniciativa pionera que el Gobierno de la nación y el Partido Popular respaldan y apoyan sin reservas y a la que nada ayuda la estéril polémica, con acusaciones falsas de una supuesta supresión de la UTE de Villabona protagonizada desde hace meses por dirigentes políticos y otros sectores, tanto en la Junta General del Principado como en el Parlamento nacional.

Una polémica que tiene como objeto intentar aislar, una vez más, al Partido Popular, profetizando sin ningún pudor y faltando a la verdad el infundado desmantelamiento de la UTE e implicando sin base alguna al Gobierno de Mariano Rajoy, al ministro del Interior, a Instituciones Penitenciarias y, por supuesto, a todos y cada una de las personas que formamos parte del Partido Popular.

Parto de la premisa indubitada de que a algunos de quienes alzan la voz en defensa de la UTE de Villabona, con quienes comparto escaño en la Junta General, les preocupa únicamente el bienestar de los internos que integran dicha unidad.

Sin embargo, también he de expresar con total franqueza y rotundidad que otros actores reivindicativos, parlamentarios y no parlamentarios, manejan muy bien «la mano que mece la cuna», con intereses absolutamente rechazables y espurios, que nada tienen que ver con el deseo de mejorar el buen funcionamiento de la prisión de Villabona, y específicamente de su unidad terapéutica educacional.

La UTE de Villabona no es un cantón independiente ni una república soberana. Es un servicio imbricado en una organización administrativa, que forma parte de un centro penitenciario, que depende de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, del Ministerio del Interior y, consecuentemente, del Gobierno de España elegido por los españoles para dirigir la política durante cuatro años.

Faltan a la verdad quienes utilizan de forma abyecta la UTE de Villabona para fines inconfesables, y por tanto alejados del legítimo control político de los partidos de la oposición a la acción del Gobierno.

Quiero manifestar, sin ninguna tibieza, que me está produciendo náuseas la instrumentalización que sobre este asunto vienen realizando algunos políticos desaprensivos, algún que otro vocero con tirón mediático, como Mercedes Milá, y también personajes sinuosos que desde el anonimato y sin dar la cara desprestigian la labor de un centro penitenciario y a todos y cada uno de los empleados públicos que llevan trabajando muchos años con los internos de Villabona.

Quiero reiterar el firme y categórico apoyo del Gobierno de España a la UTE de Villabona y, también, a las del resto de centros penitenciarios del país. No son palabras hueras, ya que tienen como refrendo objetivo las cifras: en el año 2012 se añadieron tres unidades terapéuticas a las ya existentes, estando prevista la apertura de otras siete durante este año, para sumar a finales de 2013 un número de 30 UTES.

El centro penitenciario de Villabona es ejemplo modélico y pionero de este tipo de unidades, y referente tanto nacional como internacional en el tratamiento y resultado de la reinserción social de los internos.

Todos -internos y familias, la sociedad, los funcionarios del Villabona y los políticos- debemos remar en la misma dirección para que la UTE siga teniendo la utilidad y la calidad que la viene haciendo acreedora del prestigio y buen hacer de la comunidad de instituciones penitenciarias.

El Gobierno de España y el Partido Popular apuestan decididamente por ello. Se lo aseguro.