«¿Te dieron la beca?». La pregunta se repite estos días por los pasillos de todos los centros de la Universidad de Oviedo tras conocerse que el 45 por ciento de los estudiantes que solicitaron ayudas para el pago de la matrícula al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes se ha quedado sin ellas. Esta cifra récord de denegaciones se debe tanto al gran incremento de la demanda por el recrudecimiento de la crisis económica como al endurecimiento de los requisitos impuestos por el departamento que dirige José Ignacio Wert, que obliga a los alumnos a aprobar entre el noventa y el cien por ciento de sus asignaturas, en función de los casos. «A mis padres no les sobra nada, así que me han hecho una buena faena», explica Carmen Fernández, en primer curso de Pedagogía y que ejemplifica la situación de cientos de familias asturianas, que tendrán que hacer frente a un desembolso inesperado en pleno mes de abril.

Fernández solicitó una beca del Ministerio cuando realizó su matrícula antes del inicio del curso con la intención de que sus clases no supusieran una carga añadida para la economía doméstica. «Años atrás me la habrían dado, pero los cambios que ha hecho el Gobierno me han dejado sin ella», se lamenta esta joven de San Juan de la Arena, que recibe clases en la Facultad de Formación del Profesorado y Educación, ubicada en el ovetense campus de Llamaquique. La justificación de la denegación es que obtuvo un 5,48 en la selectividad, frente al 5,5 exigido por el Ministerio. «Antes, con aprobar bastaba. Me siento perjudicada», apunta.

La estudiante forma parte de una familia numerosa, con otras dos hermanas, una de ellas también universitaria. «Mi padre trabaja en una radio y no tiene un sueldo muy grande. Mi madre es autónoma y también sufre los efectos de la crisis. Me he visto bastante ajustada para pagar los casi 1.100 euros que me piden para la matrícula», asegura, al desvelar que cumplía plenamente con las condiciones de renta exigidas para optar a las ayudas. «No es normal que se haya subido tanto el listón en mitad de la crisis, porque mucha gente que lo necesita se va a quedar fuera», remata.

La cuantía de una beca es variable en función de las necesidades socioeconómicas de cada familia, aunque en muchos casos ronda los 3.000 euros, destinados al pago de las asignaturas y a otros gastos derivados de la formación del alumno. «Suspendí dos y me la denegaron. Si me hubiera quedado sólo una, me la habrían dado», comenta Oriana Sordo en el aula de informática de la Facultad, donde estudia segundo curso de Magisterio en Educación Primaria. Esta ovetense es uno de los 5.100 universitarios asturianos que este año se han quedado sin ayudas ministeriales, de un total de 9.400 aspirantes, la cifra más alta registrada (casi un 20 por ciento más que el curso anterior). «Las condiciones por méritos académicos son demasiado duras. Yo cumplía a rajatabla las relacionadas con el poder adquisitivo y no me ha servido de nada», remata.

Carlos Lozano se encuentra en la situación opuesta. Este leonés matriculado en tercero de Derecho y que acabó segundo con unas notas brillantes se quedará sin beca por contar con una renta familiar superior a la fijada. «Mis padres no son en absoluto ricos, pero cobran más de lo que se estima urgente. Sólo te dan una ayuda si tienes muy poco dinero y lo apruebas prácticamente todo», razona este leonés, que considera excesivo el precio de estudiar en una Universidad pública. «La Educación Superior en España está muy lejos de ser gratuita. No miente el que dice que hay jóvenes que se quedan en el camino por la falta de recursos y la ausencia de apoyo por parte de las instituciones», comenta, mientras recoge varios libros en la biblioteca de su Facultad.

El único consuelo que les queda ahora a muchos de los alumnos que no han accedido a una beca es optar a la partida que la Universidad de Oviedo pondrá en marcha esta semana para casos de «necesidad sobrevenida», con unas condiciones de acceso más suaves que las del Ministerio. Una solución de urgencia que trata de aliviar la coyuntura de muchos estudiantes con dificultades para seguir en la carrera.