Como mienten y no pasa nada pues siguen mintiendo. El embuste se ha ido apropiando de la política española. Es la realidad. Engañar se ha convertido casi en una norma. Por supuesto que no se puede meter en el mismo saco a todos los políticos. Sería injusto. Pero el sincero se está quedando en franca minoría. Y así lo recogen todas las encuestas realizadas en los últimos meses en el país: los españoles consideran que su clase política es ya uno de sus mayores problemas, Así, en general, sin excepciones.

Si alguien busca un ejemplo reciente en Asturias de esta tendencia malsana de los políticos a falsear sólo tiene que fijarse en la variante ferroviaria de Pajares. Un proyecto de más de 3.000 millones de euros que duerme el sueño de los justos, a la espera de una inversión mínima en relación al monto total de la obra. Algo no sólo increíble, sino impresentable, cuando, además, si hay otros trabajos ferroviarios mucho menos avanzados que el túnel asturiano a los que se destina una gran cantidad de millones de euros. ¿Quizá tenga algo que ver con ello que Mariano Rajoy y su ministra de Fomento, Ana Pastor, viajan mucho a Galicia?

Los asturianos están cansados ya de oír las mismas disculpas, o quizá sea más apropiado decir mentiras. Que sí, aseguran desde Madrid, que en tres meses se retomarán las labores en la Variante, que el Gobierno ya ha decidido licitar las vías y las catenarias, que es cuestión de semanas que tan importante proyecto para el Principado se desbloquee. Y, una y otra vez, pasan las semanas y los meses y todo sigue igual. Ahí continúa el túnel sin prestar servicio mientras los asturianos prosiguen perdiendo dinero y tiempo en sus complicadísimas comunicaciones con la capital.

Mienten y mienten y no pasa nada. Pero no sólo ahora. Ninguno de los innumerables calendarios de obras presentados por todos los ministros de Obras Públicas y Fomento que ha tenido España se ha cumplido. Ninguno. Y como botón de muestra sólo hay que fijarse en la Autovía del Cantábrico, aún sin acabar. Venían, se comprometían a respetar unos plazos y luego si te vi no me acuerdo. Y así una y otra vez.

El Gobierno de Rajoy presume siempre que tiene ocasión de su austeridad. Pero en el caso de la Variante lo que se está mostrando es derrochador. ¿Cómo si no se puede interpretar que no dé uso a 3.000 millones de euros?