Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

Dice la canción popular que no hay carretera sin barro. Pero más que sin barro lo que no ha habido en Asturias durante los últimos meses es carretera sin argayo. El invierno más lluvioso de las últimas cuatro décadas pasa factura en un momento en el que los recortes también golpean a los presupuestos destinados a la conservación vial. El Gobierno regional ha contratado en lo que va de año 63 actuaciones de reparación de argayos y ha actuado en cerca de 150 puntos de la red regional de carreteras para solventar desprendimientos de rocas, tierras y piedras, ocasionados, en su mayor parte, por las intensas precipitaciones de los últimos meses. Sólo en las seis actuaciones calificadas de emergencia, necesarias para garantizar el tráfico, la Consejería de Fomento ha invertido ya en este 2013 un total de 1,15 millones de euros, casi la mitad de los 2,32 millones empleados para estas actuaciones en todo 2012.

Belén Fernández, consejera de Fomento, reconoce que la gran cantidad de argayos y las estrecheces presupuestarias impiden que su departamento pueda actuar de manera más ágil y que, también, le han obligado a priorizar para atender los casos más urgentes. «La climatología y la orografía pesan aquí como una losa», asegura Fernández, cuyos técnicos achacan el alto número de argayos de los últimos meses al agravamiento de la «estabilidad crítica» de las carreteras asturianas por las intensas lluvias. No se han librado de los desprendimientos las dos autovías de titularidad autonómica, la Minera (AS-I) y la de la Industria de Oviedo a Gijón (AS II). Tampoco carreteras locales de alta montaña, como es el caso de las del puerto de Somiedo y de Piedrafita, ni otras de costa, como la de Artedo, en Cudillero. El listado de actuaciones del Principado en materia de argayos durante el primer cuatrimestre del año incluye, prácticamente, a los 78 concejos de la región. Muchas de ellas fueron ejecutadas por las 28 brigadas dependientes de la Consejería.

Pese a las dificultades que reconoce Belén Fernández, su departamento trabaja en la redacción de un plan específico de conservación de carreteras que incluye, hasta 2018, intervenciones en dos centenares de puntos de la red viaria regional y local, de 4.197 kilómetros de longitud total. Además, según fuentes de la Consejería, también está prevista una campaña de repintado de marcas viales en 527 kilómetros repartidos en 38 carreteras.

Se trata de una planificación que el PP asturiano estima escasa y poco concreta. Su portavoz de infraestructuras, Fernando Goñi, asegura que en estos momentos hay un centenar de actuaciones «imprescindibles» en la red viaria autonómica y sostiene que el presupuesto que destina el Ejecutivo de Javier Fernández para la conservación vial es insuficiente. «No da ni para tapar baches», dice Goñi, para quien resulta «necesaria y urgente una actuación de mejora de las carreteras por cuestiones de seguridad. La Consejera no puede escudarse en las lluvias».

Las asociaciones de conductores denuncian que los importantes recortes que aprecian en la conservación de carreteras van a tener una incidencia negativa en la seguridad. «Es un hecho constatado que a más inversión en conservación menos accidentes», asegura Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), quien desvela que el mal estado de la carretera provoca, aproximadamente, el 30% de los accidentes. Los datos de los Presupuestos Generales del Estado para la conservación vial en Asturias son elocuentes. Las partidas se han reducido un 41% desde el inicio de la crisis económica y la previsión del Ministerio de Fomento es que esa rebaja alcance el 84% en 2016.

De acuerdo con el contenido de las Cuentas, las partidas de conservación para las carreteras de la región sumaron 31,6 millones de euros en 2008 y 33 millones en 2009. El año pasado ya habían caído a 25,3 millones y en este ejercicio se limitan a 19,4 millones, con una previsión de que en 2014 pasen a 13,2 y en 2016 se queden en 5,2. Para Mario Arnaldo, estas medidas son especialmente preocupantes en una región como Asturias. «La orografía complicada y el mal tiempo hacen que en territorios como el Principado resulte más inadecuado recortar en mantenimiento», subraya el presidente de Automovilistas Europeos Asociados.