En Pola de Lena la noticia corrió como la pólvora y no había ayer un solo tema de conversación que no estuviese relacionado con la aparición de los dos artefactos en el entorno de la carretera que comunica Asturias con la Meseta. A los vecinos de la localidad les tocó más de cerca el segundo de ellos, que se localizó en un paso subterráneo situado a poco más de medio kilómetro del centro de Pola de Lena, lo que dio lugar a que decenas de ciudadanos se arremolinasen en la zona en la que los especialistas de la Guardia Civil realizaban su trabajo. «La verdad es que al principio la gente estaba un poco nerviosa y se montó un poco de caos, pero pronto nos dijeron que era una falsa alarma y las cosas comenzaron a tranquilizarse», asegura Avelino Bayón, que regenta una peluquería en Pola de Lena.

Armando Álvarez, minero jubilado, está seguro de que los artefactos son resquicios de las últimas movilizaciones del sector. «Eso fue de la última huelga, está claro. Está bien que se proteste para reivindicar unos derechos laborales, pero no se puede jugar con algo tan peligroso como los explosivos, aunque sea cierto que no son reales», señaló. Otro trabajador del ramo, Jorge Luis Herrero, no está de acuerdo con Armando Álvarez. «Yo pienso que se trata de una broma de muy mal gusto porque hoy en día es muy difícil sacar cualquier tipo de material explosivo de una mina o de cualquier otro sitio, aunque sea simplemente un detonador o el envoltorio para simular la goma 2. Ya no es como antes», subrayó.

Ana Martín, propietaria de un local hostelero en la localidad, reconoce que pasó «mucho miedo» cuando se enteró de que la Guardia Civil había encontrado un supuesto artefacto explosivo muy cerca de su negocio. «Cuando me dijeron que podía haber una bomba me asusté mucho. En mi bar todo el mundo hablaba de lo mismo y se notaba bastante preocupación entre los clientes», explicó. Por su parte, otra vecina de Pola de Lena, Covadonga Fernández, se atrevió a vaticinar «lo que va a ocurrir ahora». Según aseguró, «no apoyo estos actos, pero tampoco me gusta que siempre se les eche la culpa a los mineros, que es lo que van a hacer», subrayó.

A su vez, los vecinos de los pueblos del Huerna se mantuvieron ayer totalmente ajenos a la tensión que se registraba en la autopista. Mientras en la zona alta la Guardia Civil cerraba al tráfico la carretera, abajo, en el valle, los rumores sobre que algo grave estaba pasando llegaban como un eco lejano: «Nos han dicho que han puesto una bomba en el Negrón», aseguraba sobre las seis de la tarde un vecino de Sotiello. A esa hora, un grupo de personas estaban reunidas frente al bar más concurrido de la localidad, un conocido restaurante que vivió tiempos de esplendor mientras la obra de la variante de Pajares avanzaba a todo ritmo. El alarmante anuncio del citado cliente no generó apenas inquietud. «No sé lo que pasa, pero acabo de bajar de la finca, que está junto a la carretera, y durante un rato no vi pasar ni un coche, pensé que había ocurrido un accidente», indicó otro integrante del grupo, también con aparente tranquilidad.

El tramo de la autopista del Huerna donde ayer fue encontrado el simulado artefacto explosivo está salpicado de túneles subterráneos que pasan bajo las calzadas. Son galerías que dan servicio a los pueblos próximos y a pistas ganaderas. Esta red de caminos fue muy utilizada por los mineros durante las movilizaciones del pasado verano: «Las utilizaban para entrar y salir de la calzada sin ser vistos por la Guardia Civil», explicó ayer a este diario un vecino jubilado de Carraluz, uno de los pueblos más próximos a la zona donde se encontró el primer artefacto. Esta localidad cuenta con una túnel similar al que fue utilizado para colocar el falso explosivo: «En esta zona hay muchos pasos bajo la autopista, posiblemente más de diez», añadió. Durante toda la tarde, no hubo apenas presencia de Guardia Civil por la carretera de Tuiza, que transita durante varios kilómetros paralela a la autopista. El operativo pasó totalmente desapercibido.

«Al principio la gente estaba nerviosa y hubo un poco de caos, pero nos tranquilizamos al saber que era falsa alarma»

<Avelino Bayón >

Peluquero

«Eso es cosa de la última huelga de la minería. Está bien que se proteste, pero no se pueden hacer estas cosas»

<Armando Álvarez >

Minero

«Pasé mucho miedo cuando me dijeron que había una bomba, en mi bar todo el mundo hablaba de lo mismo»

<Ana Rubio >

Hostelera

«Es algo de mal gusto porque hoy en día es difícil hacerse con cualquier tipo de explosivo. No es como antes»

<Jorge Luis Herrero >

Minero

«No apoyo estos actos, pero tampoco me gusta que siempre se les eche la culpa a los mineros, que es lo que van a hacer»

<Covadonga Fernández >

Ama de casa