Susto en el primer vuelo de ayer entre Asturias y Barcelona. El avión de la compañía Vueling que había partido de Santiago del Monte poco después de las siete y media de la mañana se vio obligado a realizar una escala de emergencia en el aeropuerto de Zaragoza, para evacuar a un pasajero ovetense, Manuel Rodríguez, que había sufrido un infarto a bordo de la aeronave. Antes del traslado a un centro hospitalario de la capital maña, el viajero había sido estabilizado por uno de los veinte facultativos que iban en el avión para asistir a un congreso médico, según indicó uno de los pasajeros. Sin embargo, debido a que su estado era de gravedad, se decidió no esperar a Barcelona y tomar tierra en Zaragoza para que fuera trasladado a un hospital.

Según aseguraron fuentes cercanas a Rodríguez, al cierre de esta edición su estado era estable y no se temía por su vida. Mayorista de viajes, viajaba a Barcelona para asistir este fin de semana al Gran Premio de Fórmula 1 en Montmeló y animar a Fernando Alonso, del que es un gran seguidor.

El avión 1.572 de Vueling había despegado con toda normalidad de la terminal de Santiago del Monte con dirección a Barcelona. Sin embargo, a los cuarenta minutos de vuelo, la tripulación advirtió por la megafonía de que un pasajero se sentía mal y requirió la presencia de un médico para atenderlo. Uno de los facultativos se acercó a Rodríguez y constató que había sufrido un infarto y que su estado era grave. Por ello, pidió al comandante de la nave que aterrizara en el aeropuerto más cercano, sin esperar a Barcelona. La tripulación aceptó y pidió permiso para tomar tierra en Zaragoza alertando a los responsables del aeropuerto maño de lo que había pasado, para que tuvieran lista una ambulancia para trasladar a Manuel Rodríguez con urgencia a un centro hospitalario.

El operativo funcionó a la perfección y Rodríguez fue recogido por la ambulancia a pie de pista, para ser atendido de la dolencia cardiaca en un hospital de la capital zaragozana. El avión, una vez realizado el traslado del herido, despegó hacia Barcelona, adonde llegó con un retraso de una media hora sobre el horario previsto por la aerolínea.

Aunque la situación de Manuel Rodríguez originó cierta inquietud ente el pasaje, viajeros que iban en el avión destacaron que no se produjeron escenas de especial nerviosismo ni protesta alguna. El aterrizaba se realizó en el aeropuerto catalán sin ningún problema.

El de ayer fue el segundo incidente que se produce en la línea de Vueling a Barcelona en los últimos meses. El primero fue un aterrizaje de emergencia en El Prat, después de que la aeronave se quedase sin control en la rueda delantera. El piloto, en una maniobra de riesgo, pero perfectamente ejecutada, tomó tierra sólo con el tren trasero y con el morro del avión levantado.