Los alquileres estivales en Asturias viven este verano la mayor caída de las últimas décadas, según constatan los empresarios del sector inmobiliario y turístico consultados por LA NUEVA ESPAÑA. Ni siquiera la drástica reducción de los precios, de hasta un 50% respecto a los de 2012 en áreas como Gijón, Salinas o Llanes, logra atraer clientes.

Los pocos que alquilan acortan las estancias de forma significativa. «Alquilar una quincena completa ha pasado a la historia, mucha gente pide doce días o incluso fines de semana», resalta Ángel Fernández, de la inmobiliaria Maspalomas en Avilés. Además, para los propietarios existen más trabas. La nueva ley de arrendamientos, que entró en vigor el pasado mes de junio, endurece los requisitos para los alquileres vacacionales, frente a los llamados temporales. El propietario está obligado a emitir facturas y declarar el IVA.

«Aunque el mercado negro siempre funciona, es verdad que existen más controles y mucha gente prefiere realizar un contrato de larga duración aunque pierda ese dinero extra del verano», señala Fernández. Otras personas optan por firmar un contrato de alquiler de segunda residencia o por motivos de trabajo. «Aún así, las operaciones han caído estrepitosamente», comenta Fernández.

El comportamiento del mercado es homogéneo en las principales zonas turísticas de la región y especialmente en la costa, lo más demandado tradicionalmente en los meses de calor. Katia Domingo, de la inmobiliaria gijonesa Domingo, constata que un apartamento estándar, de dos habitaciones, en primera línea frente al muro de San Lorenzo, para la semana grande de las fiestas de Begoña, en agosto, ha pasado de 2.000 a 1.200 euros este año. Y aunque los clientes escasean, los propietarios se resisten a bajar precios. «En principio piden lo mismo, como si no supieran que existe una crisis, no les cambia el chip, otra cosa es la realidad», señala Katia Domingo. Relata también que en Gijón los contratos han descendido a la mitad este julio respecto al mismo mes de 2012. Lo mismo ocurre en Salinas, según recalca Ángel Fernández. Si la segunda quincena de julio o primera de agosto se cotizaba a 1.500 euros ahora se sitúa en los 700, aunque la primera línea de playa sí mantiene los precios.

Llanes, una de las áreas que siempre lideran los índices de ocupación en Asturias, tampoco se libra de los efectos de la crisis. Un apartamento de dos habitaciones para la segunda quincena de julio se encuentra por 600 euros a la semana. En la primera, que concluye mañana, la semana se conseguía por unos 450 euros, como señala Enrique Granda, propietario de alojamientos turísticos en Pría (Llanes). «Ahora mismo los apartamentos están completos desde este sábado hasta el 24 de agosto, lo conseguimos bajando por primera vez las tarifas de la temporada alta, que tenemos a 1.400 euros por quincena, frente a los 1.800 de otros años», indica.

A los descensos de arrendamientos contribuye la alta dependencia de Asturias del turismo nacional e interior, que supone más del 80% de las pernoctaciones anuales. Una de las prácticas casi extinguidas es la de alquilar un apartamento en la playa cercana al lugar de residencia. «Era habitual que mucha gente de Avilés tuviese un apartamento en Salinas durante el verano, ahora prefieren quedarse en su casa a dormir y con el mismo dinero pasan el verano saliendo a diferentes lugares», comenta Ángel Fernández. El perfil de los visitantes que siguen llegando a Asturias suele ser el de familias de Madrid o de otras zonas de España que a menudo tienen parientes en Asturias. Enrique Granda apunta que la caída tan acusada de este año no se había visto nunca. «Hace dos años teníamos todo completo desde el 20 de junio al 20 de septiembre». Los empresarios coinciden en el diagnóstico: la temporada alta está floja, el principio del verano, en coma terminal.

«El precio de una quincena se ha reducido a la mitad; aun así, no se alquila»

<Ángel Fernández >

Agente inmobiliario de Avilés

«Los propietarios piden lo mismo, pero los veraneantes ofrecen menos»

<Katia Domingo >

Agente inmobiliaria de Gijón

«Hemos tenido que bajar los precios en agosto por primera vez»

<Enrique Granda >

Empresario Turístico de Llanes