Detrás de las vallas, en la plaza del Ayuntamiento tevergano, en San Martín, justo donde empieza la visita real, los pequeños Hugo Ventura y Saray Brándulas intentan hacerse un hueco entre la multitud. Los Príncipes de Asturias están a punto de llegar y hay que hacerse, como sea, con un hueco en primera fila. Una vez situados en el lugar deseado, comentan que su mayor ilusión es la de ver a Felipe y Letizia "de cerca", aunque, en verdad, Hugo hubiese preferido conocer a la Infanta Leonor. "Quiero que sea mi novia", confiesa ruborizado, pero sin estar del todo convencido. Es consciente de que si llegara a casarse con ella "tendría que dejar el fútbol, y eso no mola", agrega. A su lado, muy animados, tambor en mano, estaban los hermanos Lucía y Javier Prieto. "En cuanto aparezcan, yo le voy a decir a Letizia que estuvo en mi colegio", afirma, sin tiempo para continuar hablando. Es justo el momento en el que suenan los primeros aplausos. Los Príncipes ya están aquí. "¡Felipe, Felipe! ¡Letizia, Letizia!", gritan a uno y otro lado de la plaza. Comienza la visita de los abrazos, los besos y los apretones de mano.

Los futuros Reyes de España se ganaron en menos de un kilómetro de recorrido entre San Martín y La Plaza los elogios de un público que quedó sorprendido con su cercanía. La de ayer fue la visita a un "Pueblo ejemplar" de Asturias con más muestras de cariño por parte de los Príncipes. La Monarquía no está atravesando su mejor momento, debido a la salud a la Rey y a la imputación de Iñaki Urdangarín, así que ayer Felipe de Borbón y Letizia Ortiz se emplearon a fondo para tratar de meterse en el bolsillo a los teverganos. Y parece que así fue. Algunos, como Chon Martínez y Foro García, los veían, incluso, ya como Reyes, agitando sin parar una bandera de España.

Las gijonesas Pilar López y Mary Luz García fueron unas de las primeras personas en recibir uno de esos apretones de manos que dedicaron los Príncipes a los teverganos. "Son los mejores, y ella, como buena asturiana, está guapísima", manifestó López, mientras los protagonistas no paraban de saludar a unos y a otros. Incluso algunos vecinos con suerte conseguían arrancarles hasta un beso. Ése fue el caso de Lucía y Javier Prieto, que en su empeño de seguir tocando el tambor lograron llamar la atención de los Príncipes. Tanto que Lucía consiguió transmitirle a Letizia Ortiz la frase que durante toda la mañana andaba rondando por su cabeza: "Hace unos años viniste a mi Colegio de la Gesta, en Oviedo".

Ya camino de la colegiata de San Pedro de Teverga y antes de su parada en la centenaria taberna Narciso, los Príncipes complacieron a los integrantes del curso de talla sentándose en su banco real. "Lo hicimos expresamente para este día. En el respaldo aparece inscrito: "Premio al Pueblo ejemplar de Asturias 2013-Comunidad vecinal de Teverga". A partir de ahora será colocado en la plaza del Ayuntamiento", explicó uno de sus creadores, Enrique Carbó, que al igual que el resto de compañeros estaban "muy ilusionados" por la visita de los Príncipes al concejo. "Es algo muy grande", declaró su amigo José Antonio Suárez. Y por eso, durante estas últimas semanas también trabajaron duro en un obsequio con la imagen de un oso.

Mientras tanto, la ruta de los besos y abrazos continuaba por San Martín. Las niñas María y Daniela López consiguieron una de esas deseadas caricias. "Nos dijeron que éramos muy guapas", aseguraban, al mismo tiempo que agitaban las banderas de España y de Asturias. Cariño y mucho también recibió Liam Gornall, de 18 meses, al que llegó a coger en manos la Princesa Letizia, para disfrute de sus padres Ryan Gornall (de Inglaterra) y Ainhoa Aguirre (de Oviedo), con casa en la localidad tevergana de Sobrevilla. "Nos preguntó el nombre y nos dijo que si se lo podía llevar para casa", explicaron con una sonrisa.

Aún estaban en la mitad del recorrido. Así que quedaban abrazos y besos para un buen rato. El pequeño Gabriel Vallina, de 9 años, fue unos de esos afortunados. "Conseguí que me saludaran. Estoy muy contento", dijo, en medio de la multitud que se dirigía hacia el templo tevergano. Y como él, muchos más, como Daniela y Noa Fernández, de 5 y 3 años, respectivamente. "Mire, mire. Tenemos fotos", decía una de sus familiares, Carmen Vinagre, mostrando su teléfono móvil. En la pantalla aparecía la imagen del Príncipe de Asturias con el pequeño Noa. "Nos encantó poder verlos de cerca. Y a Daniela le dijeron que tenía que cuidar de su hermanito", prosiguió Vinagre describiendo el encuentro de su familia con la realeza.

Uno de los momentos más especiales del recorrido que realizaron ayer los Príncipes por Teverga fue, sin duda, cuando recibieron de manos de las alumnas del taller municipal de pintura Sara García, Alexia Piñera, Bárbara García, Celia Pérez, Ita Álvarez, Clotilde Suárez, María Ángeles Álvarez y Consuelo García un cuadro con la imagen de las Infantas Leonor y Sofía. "Les encantó. Y el Príncipe bromeó y nos dijo: "Esas caras me suenan"", señaló Celia Pérez, que precisó, además, que la idea del regalo surgió el día en que conocieron que Teverga se convertiría en "Pueblo ejemplar" de Asturias. "Estábamos celebrándolo y ya estábamos pensando en ello. A partir de ahí estuvimos un mes trabajando en ello, con mucha ilusión", precisó Pérez.

Y del cuadro de las Infantas al dibujo que los peques del concejo entregaron a los Príncipes. Y es que los alumnos de la Escuela Infantil Municipal hasta tres años del municipio trabajaron estas últimas semanas en la creación de una colorida pintura con la imagen de un oso y el escudo del concejo en su interior; pero éstos no fueron, ni mucho menos, los únicos presentes que ayer recogieron los Príncipes.

Por falta de tiempo para hacer un cuadro o una figura de madera, la mayoría de teverganos optaron por mostrarles su cariño de mil formas diferentes. "Les dimos muchos besos", dijeron sonrientes las pequeñas Claudia Villabrille y Cecilia Menéndez, ataviadas con el traje regional, al lado de su familia, que, con orgullo, no paraban de enseñar una foto tras otra. El Príncipe con las niñas, Letizia saludando... "Pero tenemos muchas más, ¿eh?", apuntó Marisa Antequera, que no cabía en sí de gozo.

Y es que las cámaras no podían faltar en un momento tan especial como era la visita de los Príncipes a Teverga. Los vecinos no cesaron en su empeño de retratar de todas las maneras posibles a Felipe de Borbón y Letizia Ortiz. Y si no, que se lo digan a Borja Álvarez, que registró en vídeo en su teléfono móvil todo el discurso del Príncipe. "Lo grabo para enseñárselo a mis amigos y presumir un poco", declaró el joven.

Aunque no tanto como Francisco Escobar, que consiguió saludar a Felipe de Borbón una vez más. Es que este vecino de Campiello, de 70 años, confesó ayer que tenía muchas fotos, y encima dedicadas, con el heredero de la Corona. "Fui Guardia Civil y coincidí muchas veces con él en el Reconquista", asegura, sentado con su silla de ruedas delante de las vallas de seguridad. "Nos dejaron ponernos aquí para que pudiéramos verlos mejor", apuntó, al lado de Soledad García, cuyo sueño era "poder contemplarlos de cerca". Y lo consiguió.

Ella y muchos más, en uno de los actos con mayor cercanía entre los Príncipes y la ciudadanía, porque el banquete también era una buena oportunidad para ello. En el polideportivo de San Martín se vivió una comida de lo más familiar, y los Príncipes pudieron saborear los platos típicos del concejo. De Asturias no se marcharon sin probar el tradicional pote tevergano y la tarta de colineta de avellana. Todo ello, acompañado, cómo no, en vista de su comportamiento durante todo el encuentro, de más fotos, autógrafos, besos y abrazos repartidos entre los premiados con el "Pueblo ejemplar". "Estuvo genial. Les gustó el menú y no pararon de atender a los vecinos tanto antes como después del convite", mencionó la tevergana Celia Pérez, asistente a la comida.

Ahora sólo queda confiar en que vuelvan.