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ASTURAMA

La impresión 3D coge forma de negocio

Dos estudiantes de Informática ultiman una plataforma con modelos para fabricar objetos gracias a las nuevas tecnologías

Adolfo Fernández y Álvaro García, delante de una impresora 3D.

El negocio de la impresión en tres dimensiones coge forma en la Escuela de Ingeniería Informática de Oviedo. Los estudiantes Álvaro García y Adolfo Fernández acaban de diseñar una plataforma de comercio electrónico que permitirá a los internautas acceder a modelos para la fabricación de objetos mediante esta moderna tecnología, a precios muy asequibles. Los jóvenes dedicarán su trabajo de fin de carrera a este proyecto, después de haber destinado buena parte de sus ahorros a ponerlo en marcha. "En poco tiempo, casi todo el mundo tendrá una impresora 3D en casa. Muchos hablan ya de una tercera revolución industrial y, por eso, creemos que las posibilidades que se abren son enormes", explican, convencidos de su éxito.

La iniciativa de estos universitarios ovetenses es novedosa y, a la vez, sencilla. Su propósito es reunir en la plataforma digital, que han denominado "Prithly", el mayor número posible de modelos de objetos para impresión en 3D. Para ello, se han puesto en contacto con decenas de diseñadores y con varios fabricantes de las máquinas, que cuentan con su propio catálogo de utensilios. Los clientes podrán acceder a ellos a cambio de abonar una pequeña cantidad. Los dos emprendedores, matriculados en cuarto curso del grado de Ingeniería de Software, se quedarán con el cinco por ciento del coste de cada descarga. El resto será para el creador del diseño.

"La impresión 3D será algo cotidiano en poco tiempo. Sin embargo, los usuarios necesitarán acceder a modelos para poder confeccionar sus objetos, por muy simples que sean. Nuestro proyecto consiste precisamente en eso, en proporcionarles esos modelos para que puedan fabricar lo que deseen", explican los estudiantes, dispuestos a posicionarse en un mercado incipiente y en constante crecimiento desde hace un par de años. "Estamos seguros de que 2014 marcará un antes y un después. La generalización de este producto está a punto de llegar", advierten.

De hecho, las primeras impresoras 3D ya han llegado a algunos comercios asturianos. Y varias instituciones, tanto públicas como privadas, cuentan también con estos aparatos que convierten la realidad virtual en algo tangible (los primeros modelos llegaron a la Universidad hace pocas semanas). Aunque, por el momento, su precio es elevado, por encima de los 2.000 euros. "La evolución del mercado nos indica que estas cantidades bajarán notablemente en cuestión de meses. La unidad podrá rondar los 200 o 300 euros mucho antes de lo que se espera. Eso marcará el inicio de la expansión del negocio", afirma García. "Estamos a las puertas de un auténtico boom tecnológico, como prueba que algunas multinacionales, como Microsoft o HP, estén destinando millones de euros al desarrollo de esta técnica", añade Fernández.

Esta tecnología, también conocida como fabricación aditiva, posibilita la construcción de pequeños objetos mediante el uso de impresoras que emplean diferentes materiales. En la actualidad, casi todos los cartuchos están formados por rollos de resina de plástico, aunque la experimentación con otro tipo de sustancias, como metales, está muy avanzada. "Pronto será posible hacer prácticamente de todo. Incluso habrá cartuchos de chocolate, que permitirán confeccionar tartas o pasteles", explican los alumnos. El tiempo empleado para la impresión de cada unidad varía entre 20 minutos y unas tres horas, en función de su complejidad. "También en este sentido, habrá mejoras a corto plazo", añaden.

"Los usuarios domésticos podrán crear cualquier cosa desde su casa, dentro de unos límites. Por ejemplo, las patillas de unas gafas o una pequeña papelera. Para ello, sólo necesitarán descargarse el modelo de ese objeto. Y eso es lo que nosotros les pondremos al alcance de la mano", coinciden los dos estudiantes, que pretenden que la plataforma "Printhly" entre en funcionamiento antes del arranque de 2014. "En la Universidad, nos han dicho que nuestro proyecto es muy interesante y, por eso, quieren hacer un seguimiento de su evolución", subrayan.

Porque la iniciativa de estos dos estudiantes con alma emprendedora ya ha corrido de boca en boca entre los especialistas informáticos de la institución académica, que se han interesado por una modalidad comercial inexplorada hasta el momento. "Empezamos a trabajar en el proyecto antes del verano y, desde entonces, hemos dedicado horas y horas a su desarrollo, tanto al diseño como a la programación vinculada a la plataforma", comentan. Ahora, confían en que los encargados de elaborar los diseños se vuelquen con su propuesta. "Se trata de una idea que beneficia a todos: los usuarios tienen acceso a un material necesario y a buen precio; los creadores de los modelos obtienen resonancia y se quedan con parte de las ganancias y nosotros podemos sacar adelante una propuesta emprendedora y académica al mismo tiempo", rematan, a punto de concluir los trámites para dar de alta a su empresa.

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