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La burocracia retrasa hasta 20 meses el salario social para las familias necesitadas

Una avilesina de 33 años, en paro, divorciada y con dos hijos, lleva sin éxito desde mayo de 2012 aportando papeles para lograr esta ayuda de emergencia

Esther Díaz, consejera de Bienestar Social.

Una madre asturiana de 33 años, en paro, divorciada y con dos hijos, lleva casi veinte meses a la espera de resolver su solicitud del salario social. Aunque la consejera de Bienestar Social, Esther Díaz, ha cifrado el plazo medio de espera en doce meses, el caso de Laura A. G. rompe de largo esa previsión oficial y va camino de sobrepasar los veinte meses en medio de "la rabia y la impotencia" que siente cada vez que oye hablar de la intención del Principado de reducir la lista de espera de una ayuda que, a final de este año, llegará a los 11.000 receptores, según los datos de la consejería de Bienestar.

La espera de esta mujer, que actualmente reside en Avilés, empezó a correr en mayo de 2012, cuando el subsidio de la ayuda familiar que percibía, tras haber agotado la prestación del paro, tocaba a su fin. Laura A. G. recabó toda la documentación que le pidió la asistente social. "Si no entregas todos los documentos no te permiten presentar la solicitud", comenta que le dijeron. Entonces, las expectativas que le dieron en los servicios sociales era que tendría respuesta en "unos seis meses", aunque "ya me advirtieron que podría retrasarse algo más", añade.

El ir y venir a las oficinas de la consejería de Bienestar Social, en Oviedo, estaba a la vuelta de la esquina. Pasan los meses, Laura A. G. no recibe respuesta y se ve obligada a cambiar de domicilio, de La Felguera a Avilés, ante la imposibilidad de afrontar el pago del alquiler. Un cambio de residencia que, además, le impide optar a las viviendas sociales del Principado, lo que entraña una dificultad añadida en una economía más que maltrecha. Laura A. G. reconoce que su situación se sale del perfil habitual porque ha experimentado cambios sustanciales en esta larga tramitación, aunque asegura que la gente con dificultades para cobrar el salario social son multitud. "Ya hay hasta una página en Facebook donde queda clara que somos muchas las personas que nos encontramos en una situación similar", detalla Laura A. G. Rara es la semana que no hay alguna protesta, a veces individual otras colectiva, ante la consejería de Bienestar Social, en el epicentro de la polémica y de las quejas por el retraso en la reducción de los tiempos de tramitación de esta ayuda de emergencia.

La peripecia en la que se ha convertido la solicitud del salario social de Laura A. G. obedece también a los cambios de residencia y de situación personal y laboral que ha tenido en todo en este tiempo. "Con 20 meses de espera está claro que no puedo quedarme de brazos cruzados porque tengo dos hijos a los que alimentar. Siempre he trabajado y cotizado en el comercio. Cuando me ha salido algún trabajo en este tiempo, aunque fuera temporal, lo he aceptado", explica esta madre, que comprende que se le exija toda la documentación precisa para acreditar su solicitud pero ya no es tan comprensiva cuando entre requerimiento y requerimiento pasan seis meses y, como le ocurrió recientemente, cuando tras meses de incertidumbre la última notificación oficial es para requerir papeleo que ya había entregado.

Laura A. G. lamenta la falta de comunicación con los responsables del salario social. "Los asistentes que están en la planta cero de Bienestar Social tienen muchas limitaciones, te dan una información genérica. Pero hay grandes dificultades para acceder a los responsables del Salario Social, no te escuchan y no te dan opción a expresarte". Una de las últimas peticiones de documentación es para aclarar un ingreso que recibe por la pensión alimenticia del padre de sus niños: "Como está en el paro, en mi cartilla del banco ese ingreso figura como prestación por desempleo en vez de manutención. Para algo tan fácil de explicar y de entender te obligar a dar vueltas y, lo que es mucho peor, aumenta el retraso de la tramitación de la ayuda", asegura. Este calvario particular ha llevado a esta madre a personarse en la propia sede de la consejería o a llamar por teléfono de manera regular para que le den una respuesta. "Llegan a llamarte pesada a la cara, que no están para atenderte todas las semanas, pero cuando te encuentras en una situación límite estás dispuesta a llamar y preguntar por tu expediente a diario, si es necesario", comenta Laura A. G.

"Hasta ahora me había callado la boca, pero si te callas, mal y si no, también. Después de tanto ir y venir con papeleo me acaban diciendo que no me pueden colar delante de nadie. No pretendo eso, llevo veinte meses a la cola", relata esta madre, que parece tener argumentos y motivos de sobra para denunciar las carencias del llamado estado de bienestar. "Vipasa tiene pisos vacíos pero no puedo acceder a ese alquiler, que sería mucho más barato que el de un particular, porque no vivo con mis hijos en un albergue. Es un contrasentido", lamenta esta mujer, que tras casi veinte meses de espera se pone en lo peor y teme que en enero tampoco dispondrá de esa ayuda, básica para sus hijos.

Las cifras

Los números del salario social

A finales de este año, la consejería de Bienestar prevé que el salario social cuente con más de once mil perceptores.

La consejería de Bienestar asegura que el pasado 13 de diciembre se tramitaron solicitudes presentadas el 28 de diciembre de 2012.

La avilesina Laura A. G. presentó su primera solicitud en mayor de 2012, aunque a lo largo de 20 meses su situación personal, familiar y laboral ha experimentado cambios que han obligado a modificar la documentación preceptiva.

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