Guerra abierta en la Universidad de Oviedo contra las «telechuletas». El equipo rectoral apuesta por suspender a todos los alumnos con el móvil encendido durante un examen para erradicar esta práctica, basada en el envío de mensajes telefónicos con las respuestas de la prueba por parte de un compinche situado en el exterior del aula. Una propuesta enérgica, ajustada al reglamento de evaluación de la institución académica y que trata de paliar la creciente preocupación de las direcciones de casi todos los centros por la falta de recursos para luchar contra esta problemática en auge.

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