J.C. MARTÍNEZ / T. CEMBRANOS / P. MARTÍNEZ / A. SERRANO La pleamar de la pasada noche junto con las olas que se preveía que pudiesen superar los 9 metros en la costa asturiana han acabado causando numerosos daños materiales en localidades costeras de todo el Principado. Luarca, Cudillero, Luanco o Ribadesella son tan sólo algunos de los lugares en los que la marejada ha entrado en locales comerciales y garajes ubicados cerca de puertos y playas. Se preveía que la marea de la tarde pudiese generar desperfectos incluso mayores en unas infraestructuras ya muy castigadas por las el embate de las olas; pero parece que el mar ha querido dar un respiro a la ciudadanía que se ha acercado curiosa a presenciar la fuerza del mar en múltiples puntos de la costa asturiana. Para mañana se mantiene la alerta naranja en el oriente asturiano por fenómenos costeros.

Balance de daños

En Luanco los destrozos son innumerables, la zona del paseo de la Ribera ha sido la mas afectada. Allí al menos una decena de locales comerciales han sido arrasados. Las máquinas tragaperras incluso han amanecido en la calle, mamparas arrancadas e incluso barras de bar han dejado de estar en su emplazamiento como consecuencia de la fuerza del temporal. La fuerza de las olas golpeando a los edificios llegó a despertar a algunos vecinos que en sus camas sentían perfectamente la vibración. Al medio día trabajaban en la zona una decena de vehículos de emergencia que luchaban por tratar de restablecer en cierta medida la normalidad. El temor ahora de los vecinos es el efecto que pueda tener la próxima pleamar prevista para las 6 de la tarde sobre unas infraestructuras ya castigadas por el oleaje.

Cerca de allí, en Candás las olas mantienen desaparecidas o dañadas hasta un total de 17 embarcaciones.

En Cudillero la descomunal fuerza de las olas ha arrancado casi 40 metros del muro del muelle nuevo de la localidad dejando la escollera que protege el dique al descubierto. Algunos locales también se han visto afectados por inundaciones. Los pixuetos se apresuran ahora en tratar de poner a salvo algunos de sus enseres y vehículos ante el temor de que la pleamar de la tarde vuelva a generar daños en la localidad.

La escollera de San Juan también se ha visto afectada por el intenso oleaje.

En Salinas el oleaje ha arrancado una de las rampas de acceso a la playa, la más cercana a San Juan, y la ha partido literalmente en dos.

Luarca concentra también daños que, se estima, podrían ser "millonarios" según vecinos de la zona. El agua ha alcanzado el segundo piso del museo del calamar gigante, sede del CEPESMA. Allí ha acabado por completo con la colección de calamares gigantes expuestos en el centro. Catorce ejemplares de los cuales algunos flotaban en aguas del puerto esta mañana; otros permanecían aplastados por los escombros del propio inmueble. El presidente del CEPESMA estimaba esta mañana en dos millones de euros las pérdidas en sus instalaciones que albergaban esta exposición única a nivel mundial. En la villa el agua llegó a alcanzar el parque de Carmen y Severo Ochoa. También algunos bares ubicados en el muelle se han visto inundados por el agua del mar.

En Tapia de Casariego el campo del Real Tapia ha vuelto a sufrir el embate de las olas y allí también se trata a esta hora de hacer recuento de daños. Puerto de Vega se suma a la lista de destrozos a la que hay que añadir prácticamente todas las localidades costeras del occidente.

Mirando al oriente la cosa tampoco mejora. En Ribadesella las piedras y troncos lanzados por la mar han llegado incluso a la segunda línea de playa. Los chalets ubicados en pleno paseo de Santa Marina han sufrido el golpeo de los sedimentos lanzados por las olas en su empuje contra la costa. Las dos vías principales de la villa, Comercio y Gran Vía, también se vieron afectadas por el agua que según los vecinos alcanzó por momentos los 30 centímetros de altura.