Tras las puertas que dan a las salas del Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI), en el parque tecnológico de Llanera, respiran 53 embriones de empresas. A este lado hay una que aplica técnicas de fotogrametría digital para recomponer planos de edificios antiguos, y en el mismo pasillo otra analiza la vibración de los aerogeneradores. En la "bioincubadora" del piso de arriba, un biólogo y un ingeniero químico están trabajando con gominolas: han ideado un sistema para identificar las cualidades y los componentes de los alimentos. Es eso lo que se entiende aquí por compañías innovadoras de base tecnológica, por la creatividad como ingrediente esencial para alimentar un futuro, el del tejido productivo asturiano, que al decir de Eva Pando, directora del CEEI, no admite elección. Que va ineludiblemente en esta dirección. Su acepción de innovación, entendida como la necesidad de "hacer las cosas de modo diferente, novedoso", pero sobre todo de saber venderlas y traducir esa estrategia a resultados tangibles de "negocio, dinero y riqueza", se eleva así en su discurso a la categoría de herramienta irrenunciable para dulcificar el porvenir de la región.

Pando definirá innovación en sentido amplio, como una cultura que ha de impregnar absolutamente todos los modelos de negocio, "no sólo los grandes ámbitos tecnológicos", y se remite a los datos para asentar su certeza de que es esto lo que pide y pedirá cada vez más el mercado cambiante de este mundo globalizado. El centro que ella dirige, que este año cumple veinte años, que se presenta como un "catalizador de talento", que asesora a emprendedores y acompaña y aloja a sus empresas en los primeros años de vida, da a luz iniciativas de negocio que resisten ampliamente la prueba del mundo real: "Nuestras compañías tienen un nivel de supervivencia en el mercado durante al menos cinco años que supera en 19,67 puntos la media nacional". La "bioincubadora" lleva llena desde que nació en 2011, las sociedades acunadas aquí viven más de cinco años en un 66,67 por ciento.

Ésa es la filosofía, y resulta que el futuro ya está aquí. 2014 ha dado ya la salida a un ciclo clave en el que la dirección del foco hacia estas líneas novedosas de negocio es requisito expreso e indispensable para que Asturias tenga acceso a la financiación europea acatando las reglas que rigen el período financiero 2014-2020. No va más. Urge acelerar la inoculación del gen de la innovación en el tejido productivo, un reto tan evidente que "poco a poco, las empresas se irán dando cuenta de que invertir en innovación es la única garantía de sostenibilidad".

¿De qué hablamos cuando hablamos de innovar? Si hay que partir de la precisión terminológica, el Diccionario define innovar como la fórmula para "mudar o alterar algo, introduciendo novedades". En la aplicación del término al tejido productivo, Eva Pando afina la explicación, precisando que hablamos de "cómo hacer las cosas de forma novedosa, pero sobre todo para conseguir que eso tenga un resultado en el mercado. No debemos inventar por inventar. En mundo tan cambiante como éste, nuestros productos y servicios tienen que adaptarse a esos cambios, solucionar los problemas y las necesidades nuevas de los clientes y transformar todo eso en negocio, en dinero. Desde este punto de vista, innovación sería cambio, adaptación y mejora, pero con el fin último de la generación de riqueza".

2013, el año récord. Cuando hace veinte años nació el CEEI, convencer hablando de esto "era muy difícil. Ahora tenemos uno de los centros más activos de Europa". Distinguido en 2011 como el mejor del continente en su género, integrado en una red europea que comparte estándares y métodos de trabajo, el centro le da a su directora perspectiva para asegurar que Asturias "ha evolucionado mucho, se ha adaptado al cambio de modelo económico que está experimentando el mundo. Nos queda mucho recorrido, pero en creación de empresas innovadoras de base tecnológica no tenemos nada que envidiar al resto de centros de España". En este capítulo, en el CEEI, 2013 fue "un año récord. Atendimos a 523 emprendedores y tutelamos la puesta en marcha de 32 compañías, cuando la media anual puede ser de unas veinte".

2014, el viraje. Este año ha echado a andar con la advertencia de un cambio de modelo. El ascenso de Asturias a región "desarrollada" reformula las condiciones que rigen la aproximación a los fondos europeos. El nuevo período financiero pone el foco además sobre los fondos de más alto nivel tecnológico, los del programa marco de investigación, desarrollo e innovación, cuya dotación crecerá en el ciclo 2014-2020 de 54.000 a 84.000 millones de euros. ¿Estaremos preparados para pescar ahí? "En los últimos años", responde Pando, "la participación de nuestras empresas en esos programas ha ido creciendo y debemos seguir en esa línea. En el CEEI, nosotros tratamos de inculcar esa filosofía a nuestros emprendedores desde el minuto uno. No se trata de que deban exportar o internacionalizarse, es que tienen que ser lo que llamamos un "born global", deben nacer pensando que su competidor está en Corea, en Múnich o en los Estados Unidos. Y eso para todo, para buscar clientes y financiación. De hecho, todas las empresas biotecnológicas de nuestra bioincubadora participan en el séptimo programa marco de I+D+i".

"Todo puede ser innovador". A la pregunta que se cuestiona dónde se innova mejor en Asturias, Eva Pando invita a no cerrar ninguna puerta. "Nos llegan empresas de todos los sectores. El año pasado ayudamos a una compañía apícola, a otra del sector del vino, a lo más sofisticado de la tecnología... Su denominador común es la pretensión de orientar su negocio de manera diferente, porque saben que este mundo es global y que no habrá trozo de pastel para quien no garantice unos estándares de calidad e innovación. Ya hay mucho de todo, debes diferenciarte. Pero la innovación no está sólo en los grandes ámbitos tecnológicos, todo puede ser innovador. Muchas veces se lo digo a mi equipo: no podríamos habernos permitido que Amancio Ortega hubiera acudido a nosotros cuando empezó con Zara y alguien le dijera que no nos interesan las tiendas de ropa".

Bioeconomía y videojuegos. El vistazo a los emprendedores que entran y a los empresarios que salen del CEEI da, sin embargo, para trazar unas tendencias de futuro. "Despuntamos en ingeniería", afirma Pando. "Tenemos una escuela al más alto nivel que está generando muchas empresas de base tecnológica y aquí la gran tradición industrial de la región es un valor". En el centro que dirige, enlaza, "estamos cargando mucho las tintas sobre dos líneas sectoriales: por un lado la bioeconomía -la economía sostenible, que va de las ciencias de la salud a la bioenergía-, apoyando la transformación en empresas de proyectos que salen de la Universidad y de los centros tecnológicos y de investigación, y por otro las tecnologías de la información y la comunicación, las TIC, en sentido amplio y, más precisamente, los videojuegos. Para nosotros es un asunto de alta importancia por su potencial de crecimiento y porque creemos que en Asturias hay mucho talento en este ámbito".

Las ventajas de ser de aquí. En el asesoramiento y la tutela, sigue la directora del CEEI, "nuestra obsesión es que el emprendedor asturiano tenga el apoyo al mayor nivel, el mismo que se da en Stuttgart o en París, pero aquí con una ventaja. Como somos una región pequeña, podemos proporcionar un trato muy personalizado y especializado. Siempre pongo un símil: un emprendedor, en Madrid, es hijo de una familia numerosa, compite con mucha gente. Aquí sería hijo único".

Del laboratorio al mercado. El gran desafío del enfoque innovador es el mecanismo de transformación de una idea en un negocio, el complejo paso del conocimiento al mercado. La directora del CEEI asentirá a la certeza de que de entrada es "muy difícil", pero la receta está clara. "Para lograrlo necesitamos un vehículo, la creación de una empresa. Pero una empresa debe estar pilotada por empresarios y lo difícil es que coincida en una misma persona el perfil de investigador o de tecnólogo con el del emprendedor. Cuando esas habilidades no confluyen, la persona debe tener la apertura de mente necesaria para subir a su carro a otros que sí tengan esa vocación empresarial. En este proceso de transferencia al mercado, lo más complicado es dar con el equipo emprendedor adecuado".

La fuerza del capital humano. Asturias cumple, según la versión de Eva Pando, una de las condiciones indispensables para el éxito de la apuesta innovadora: un capital humano bien formado. "Tenemos mucho talento, aunque tal vez debemos insistir más en la ambición global del emprendedor. En Estados Unidos no sólo nacen muchas empresas, también explotan rápido. En Europa suelen crecer más lentamente, se mantienen más tiempo como microempresas, y una diferencia probablemente sea ese atrevimiento. En Asturias, el reto es mantener el talento que tenemos, pero también atraer a todo ese otro repartido por el mundo que podría lanzar desde aquí iniciativas empresariales muy buenas. Una de las grandes fortalezas de la región es la mano de obra cualificada que puede ofrecer para la instalación de empresas tecnológicas en nuestro territorio".

Procede Asturias de un paradigma productivo que lleva un tiempo pidiendo un viraje. Al decir de la directora del CEEI, "venimos de un modelo económico basado en grandes empresas públicas que no ha exigido a nuestros empresarios ir a buscarse el negocio fuera o invertir con tanta intensidad como en otros sitios. Tenemos que cambiar el modelo; en ésas estamos".

Eva Pando Iglesias, ingeniera industrial titulada en la Universidad de Oviedo y máster en administración de empresas por la Universidad Politécnica de Madrid, dirige desde enero de 2005 el Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) de Asturias, organismo de apoyo a la creación y consolidación de empresas innovadoras, especialmente de base tecnológica. Pando ostenta además la vicepresidencia de la Asociación Nacional de CEEI Españoles (ANCES) y participa como experta en la red europea EBN. Antes de llegar a la dirección del organismo, trabajó en la Sociedad Regional de Promoción del Principado (SRP) como analista de inversiones y coordinadora del departamento de análisis de inversiones.

"Mucho talento". Eva Pando tiene en el CEEI un medidor de formación y capacidades. Apunta que "en torno a un ochenta por ciento de los emprendedores a los que el centro atendió en 2013 eran titulados universitarios" y deja en el aire una pregunta: "Si hay empresas de fuera que están captando a nuestros jóvenes, ¿por qué no aprovecharlos aquí con nuevas iniciativas?"

En cultura innovadora "hay muchos modelos, pero los datos constatan que el País Vasco es un referente", apunta Eva Pando, "también por su cercanía. Nosotros siempre intentamos aprender de los mejores, pero es cierto que en Asturias, a veces, tampoco somos conscientes de lo que tenemos. Nuestro proyecto de bioincubadora, por ejemplo, es un éxito que hay que aprovechar".

En la red nacional de Centros Europeos de Empresas e Innovación, 29 entidades pensadas para acompañar a los emprendedores en su salto al mercado, se otorgan "unos sellos de empresas innovadoras de base tecnológica y Asturias, hoy por hoy, es la comunidad española que más ha acumulado". "Esto no es absoluto", precisa Eva Pando, porque empieza a contar desde la fundación del centro en 1994 y "hay regiones que no tienen CEEI y otras que empezaron más tarde, pero son indicios de que en algún sentido sí vamos bien".

En la labor del CEEI ocupa un lugar central la tutela en el proceso de búsqueda de financiación, pública y privada, para las nuevas empresas de base tecnológica. Y aquí, según la directora del centro, "una de las tareas necesarias para conseguir que los negocios innovadores crezcan es dirigir el foco hacia la inversión privada, que hasta ahora ha estado en otras cosas y que debe fijarse más en este tipo de proyectos de base novedosa, como sucede ya en otros países. Por eso tal vez tengamos que formar también a esos inversores".

Pando reincide en el recorrido que tiene en Asturias la industria tecnológica y, más concretamente, la del videojuego. El CEEI tiene en marcha su segundo programa en este ámbito, con "dieciocho jóvenes en diez potenciales nuevas empresas". La directora del centro se dice persuadida de que ahí la región tiene mucho músculo para ejercitar: "Internet ha democratizado los canales de ventas, de comercialización y desarrollo de tecnologías, y aquí Asturias tiene lo que se necesita: internet, banda ancha y talento".