La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Necrológica

El compromiso de un buen sociologo asturiano

In memóriam de Tomás García González

El compromiso de un buen sociologo asturiano

No busquemos en el currículum vitae de Tomás grandes publicaciones en revistas de impacto (aunque tuvo algunas). Tampoco encontraremos en los buscadores de internet, referencias significativas a su trayectoria académica. Sin embargo, preguntemos a los que han sido alumnos suyos en las asignaturas de sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), y hallaremos el perfil de un excelente profesor, comprometido sobre todo con su vocación docente. Seguro que los alumnos lo echarán de menos.

Es el compromiso social lo que caracteriza la trayectoria de Tomás desde que lo conocí hace más de treinta años. Entonces era un sociólogo que jamás había pensado en hacer carrera como profesor universitario, y que se dedicaba a la fotografía (era un excelente fotógrafo), a la apicultura y a producir vino del Penedés, donde vivía con su pareja.

Había nacido en el pueblecito asturiano de Arbón (en el concejo de Villayón) en el seno de una familia de pequeños ganaderos. Muy joven marchó a Francia, de seminarista, con la intención de prepararse como sacerdote en la atención a los emigrantes españoles. Allí, una vez abandonada su vocación sacerdotal, estudió sociología en la Universidad de Toulouse y continuó con su compromiso social eligiendo como tema de tesis doctoral el movimiento campesino asturiano.

Hizo un brillante trabajo de investigación sobre la transición democrática en el campo asturiano, analizando la formación de la UCA (Unión de Campesinos Asturianos), del que publicó en 1983 un excelente artículo en el nº 39 de la revista Agricultura y Sociedad, dedicado de manera monográfica al sindicalismo agrario.

Gracias a ese tema, comenzamos a trabajar juntos en 1984 en un proyecto de investigación financiado por el entonces Ministerio de Agricultura para estudiar las organizaciones profesionales agrarias en Francia, Italia y Portugal. Fueron tres años intensos, en los que se despertó en Tomás el interés por la universidad, entrando como profesor interino en el departamento de Sociología de la UAB y obteniendo su plaza definitiva de titular a principios de los 90.

Desde entonces, su compromiso ha estado repartido entre, de un lado, la docencia, y de otro, la acción y participación social en temas rurales y urbanos, integrándose en diversos movimientos sociales. Lo último que le ocupó y le preocupó fue el proyecto de desviación de una carretera secundaria de la autovía del Cantábrico y sus efectos en su querida vega de Arbón, a la que visitaba varias veces todos los años. Allí, en su tierra, movilizó a los vecinos contra el trazado inicial, en una lucha que parecía condenada al fracaso, pero que él batalló con fe ciega en la victoria y con el ímpetu que ponía en todas las cosas con las que se comprometía.

Su compromiso no se quedaba en las palabras, sino que pasaba a los hechos y se extendía en su vida cotidiana. Su familia (tres hijos) puede dar fe de ello, al ver cómo era capaz de trasladar sus excelentes conocimientos de albañilería y fontanería a la construcción de una casa energéticamente sostenible en Vilafranca del Penedés, donde moriría a los 60 años.

Descanse en paz un buen amigo, un excelente profesor y un sociólogo comprometido.

Compartir el artículo

stats