La Guardia Civil ha imputado a cientos de ganaderos asturianos por un presunto fraude en la reclamación de los daños ocasionados por el lobo al constatar que, en al menos 1.200 casos, supuestamente cobraron por la muerte de un mismo animal a la administración regional y a Agroseguro.

En concreto, el Servicio de Protección de la Naturaleza de Asturias (SEPRONA), y la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UCOMA) desplazados desde Madrid son los encargados de hacer las notificaciones derivadas de la llamada "operación Loki", informa la Guardia Civil.

Esta operación se inició en junio del pasado año, a raíz de las denuncias presentadas por dos asociaciones ecologistas en las que se ponía en conocimiento de la Benemérita las presuntas irregularidades por el pago de las indemnizaciones por los ataques del lobo al ganado.

De los más de 10.000 expedientes analizados por la Guardia Civil, y tras cruzar los datos de pago de la Consejería del Principado y Agroseguro, se pudo comprobar que en más de 1.200 se había realizado una doble reclamación de los daños ocasionados a un mismo animal.

La Guardia Civil está revisando los pagos efectuados desde el año 2010, y son las patrullas territoriales del Seprona, quienes desde el día 17 de este mes se encargan de notificar a los ganaderos afectados su imputación en un supuesto delito de fraude.

COAG denuncia el "acoso" a los ganaderos

Mercedes Cruzado, presidenta del sindicato COAG-Asturias, ha confirmado que los agentes visitan a los ganaderos con una notificación en la que se puede leer "imputado no detenido por presunto delito de estafa".

A juicio de COAG esta investigación supone un "acoso permanente" a los profesionales que no tiene otra finalidad que "criminalizarles" y "hacerles desaparecer para dejar espacio a los lobos".

"Nadie es ajeno a estas alturas el constante acoso de determinados colectivos ecologistas hacia los ganaderos asturianos", añade en una nota que ha hecho pública este miércoles, al tiempo que ha recordado las "millonarias pérdidas" económicas que producen los daños de la fauna silvestre.

Con respecto a las notificaciones que están recibiendo los ganaderos, Cruzado ha dicho que "en ningún caso ha habido mala fe por su parte, al desconocer que no les correspondiesen esos pagos". COAG señala que lo último que quiere un ganadero es perder sus reses como consecuencia de los ataques de lobos. "Pero una vez que, por desgracia, ocurre esto, el ganadero tiene todo el derecho a que le sea resarcido el daño", ha argumentado.