El filólogo y profesor en la Universidad de Oxford (Reino Unido) John Rutherford, primer traductor de la novela "La Regenta" a lengua inglesa, fue investido ayer en Oviedo nuevo doctor honoris causa de la Universidad, uno más en una larga orla integrada por numerosos representantes del conocimiento, entre ellos el historiador medievalista Eloy Benito Ruano, fallecido ayer.

Rutherford, estrechamente vinculado a Asturias, casado con una gallega y con residencia temporal en Ribadeo, recibió la máxima distinción universitaria mientras España celebraba el día del libro, acaso una especie de justicia poética para un hombre de 73 años que ha publicado más de cien trabajos en tres idiomas (inglés, castellano y gallego) y ha traducido a la lengua de Shakespeare dos obras cumbres de la narrativa en español: la citada "Regenta", de Leopoldo Alas Clarín y el "Quijote", de Miguel de Cervantes. Su discurso, ofrecido ayer en el edificio histórico de la Universidad ante distintas personalidades del mundo académico, fue un alegato en favor de la figura del traductor y un elogio a la novela de Clarín, a la que considera la mejor del siglo XIX. "La Regenta lo tiene todo. Es una gran novela psicológica y social, dos cualidades que son muy difícil de encontrar en una misma obra. Es maravillosa", dijo.

Además, este profesor hispanista y galleguista, que está al frente del Centro de Estudios Gallegos y coordina un grupo de traducción gallego-inglés, reivindicó el oficio de la traducción, por el que siente pasión desde que era un niño: "No hay investigación más minuciosa y exhaustiva que la que el traductor concienzudo realiza del texto que traduce", señaló. "El buen traductor no copia, sino que recrea. No es un copista, es el segundo autor, el coautor", añadió.

El filólogo inglés, que ya es doctor honoris causa por la Universidad de La Coruña además de Medalla de Oro de las Bellas Artes y catedrático honorario de la Universidad de Bangor (Gales), contó que cuando se planteó traducir "La Regenta" sus entonces compañeros profesores se lo desaconsejaron porque "se consideraba que los profesores de lenguas que se dedicaban a la traducción eran los que no valían para la investigación". Sus colegas, relató Rutherford, le dijeron que si quería especializarse en Leopoldo Alas que escribiera artículos y libros sobre él. "No me he arrepentido nunca de mi decisión: la traducción de La Regenta hacía mucha más falta que un centenar de artículos", afirmó.

Rutherford, al que traducir "La Regenta" le llevó "por lo menos cinco veces más tiempo que a Clarín escribirla", trató de desarmar los tópicos que existen alrededor de la traducción. "Decir como se ha dicho que la traducción perfecta es imposible es redundante. El amor perfecto es imposible, también lo son la belleza, la bondad y la verdad perfecta. El traductor no es más traidor que otro ser humano. Es más bien traedor, un traedor de tesoros de otras tierras", añadió.

A la alocución del protagonista le precedió el discurso de Agustín Coletes Blanco, catedrático de Filología Anglogermánica y Francesa, departamento del que salió la propuesta de nombrar honoris causa a Rutherford, un nombramiento que fue aprobado el verano pasado y que la Universidad justificó en "su indiscutido prestigio y relevantes méritos científicos, algunos de ellos relacionados con Asturias.

Coletes Blanco, que actuó de padrino, repasó la trayectoria del filólogo y aseguró que "dado el éxito del libro, con tiradas de decenas de miles de ejemplares, podríamos decir que la "Regenta" se ha vuelto, al modo cervantino, una española inglesa". El rector Vicente Gotor calificó al nuevo honoris causa de "maestro de la traducción", le agradeció "su rigor y años de dedicación e investigación" y le puso como "ejemplo para nuestros jóvenes". Los tres tuvieron un cariñoso recuerdo para el anterior honoris causa, José Cosmen Adelaida, fallecido recientemente y representado ayer por uno de sus hijos.