La emigración se dispara entre los jóvenes asturianos, muy por encima de la media nacional. Los residentes en la región entre 15 y 29 años representan el cinco por ciento de los españoles que abandonaron el país durante 2012, a pesar de que suponen tan sólo el dos por ciento de la población total en esta franja de edad, según datos recogidos en un informe elaborado por el Consejo de la Juventud del Principado. Un éxodo motivado por las "dificultades para encontrar una oferta de empleo" acorde a sus necesidades cerca de casa.

Las cifras que arroja el documento, elaborado por los especialistas Santiago González y Nacho Quesada en base a un análisis previo del Instituto Nacional de Estadística (INE), evidencian que la sangría juvenil que sufre Asturias es más acentuada que en la mayor parte de las autonomías españolas. De los 7.368.774 españoles con una edad comprendida entre los 15 y los 29 años, 140.103 están censados en la región. Es decir, representan un dos por ciento. Un número claramente claramente inferior al que representan los residentes en el Principado de esas edades que han tenido que emigrar (17.848) en relación al cómputo total (323.846).

"La población en general en Asturias está bajando, pero este descenso es más marcado entre los jóvenes entre 15 y 29 años, lo cual nos sugiere un efecto migratorio", explican los autores del documento, denominado "Informe sobre la juventud asturiana con cualificación para trabajar en el sector juvenil en el exterior" y que trata de analizar en profundidad la capacidad de este segmento de la población para desarrollar determinados trabajos en el extranjero. Además, añaden que los habitantes de la región con esta edad "son más receptivos que otros españoles a marcharse".

El estudio también se hace eco de la mala percepción de los jóvenes de todo el país sobre su futuro en el mercado laboral (el 53 por ciento señala que es peor de la que esperaba inicialmente y tan sólo el 2 por ciento considera que es mejor). Además, nada menos que el 37,4 por ciento teme perder su empleo durante el presente ejercicio y sólo el 15,1 por ciento considera que es "nada probable" quedarse sin el trabajo que actualmente desempeña.