Bordillos altos, escaleras sin rampas o cuestas pronunciadas. Obstáculos en Oviedo y Asturias que son una lacra para las personas discapacitadas que transitan por la calle. Eduardo Llano Martínez, secretario de La Asociación de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos de Asturias denuncia la falta de accesos para discapacitados que hay en el Principado denuncia y nos enseña las dificultades que tiene un discapacitado para poder realizar una vida normal en la ciudad ante las barreras arquitectónicas y sociales.

"Una cosa tan corriente como sacar dinero es una tarea complicada para muchas personas que están en silla de rueda ya que delante del cajero puede haber algún tipo de escalón que te impida acceder a la máquina o al interior del propio banco", afirma.

A sus 28 años, Llano Martínez ha pagado una decena de multas de tráfico por mal estacionamiento, ha recurrido y ganado otras tantas; está acostumbrado a bajar la ventanilla ante el requerimiento de un policía local y cada cierto tiempo mantiene una pequeña discusión con algún conductor despistado. El secretario de Aspaym se sentó en una silla de ruedas hace nueve años, cuando un coche le cambió la vida al arrollarle en el Campo de los Patos en pleno reparto de pizzas en moto. Lo cuenta como algo anecdótico "porque lo realmente importante es la lucha diaria por conseguir la accesibilidad universal y cambiar mentalidades". Pese a que le da un notable alto a Oviedo y a la gestión del equipo de gobierno local por convertir la ciudad en "un lugar transitable para todos", las sanciones de tráfico se han convertido en uno de sus mayores dolores de cabeza. "He pagado 200 euros en más de una ocasión desde que no puedo caminar y me he convertido en experto en redactar recursos". La tarjeta que acredita su discapacidad, visible en el salpicadero de su coche, no le basta para librarse de las multas. "Muchas plazas están muy mal utilizadas, no las usan como se debería", añade.

Alrededor de 800 personas están inscritas en la Asociación en la que Eduardo Llano ejerce como secretario y portavoz. "Las personas tienen una discapacidad similar a la mía y al final se sienten mal porque no pueden hacer algo de forma normalizada. Desde nuestra Asociación intentamos ayudar a esas personas y evitar que esas personas puedan sufrir una discriminación. Tú puedes ir a una cafetería, a un bar y nosotros no podemos acceder. Y eso es discriminatorio", declara.

También afirma que hay que mejorar los accesos en el transporte público del Principado. "El Alsa convencional tiene 3 ó 4 peldaños para subir. Solo algunos están adaptados para discapacitados. Entonces te encuentras con que solo puedes hacer ciertos recorridos un determinado número de días. Creo que ahora hay solo un autobús accesible a la semana que hace Asturias-Madrid".

Aspaym reclama que los ayuntamientos y el Principado endurezcan las sanciones por incumplimiento de la normativa sobre accesibilidad y urge a poner en marcha campañas de concienciación. El municipio acaba de firmar un convenio con la agrupación para derribar barreras: las arquitectónicas y las sociales. Eduardo Llano tiene muy claro cual es el objetivo fundamental de todo su trabajo: "Al final quieres ir a tomar una cerveza con los amigos, ir al cine... Tener un día normal, que es de lo que se trata, tener una normalización. No por tener una discapacidad hay que dejar de hacer cosas o hacerlas de forma diferente".