El fallecimiento del magistrado Antonio Lanzos Robles (Valladolid, 1951) ha sumido en el dolor a la judicatura asturiana, que apreciaba no sólo sus dotes como jurista de criterio perspicaz, sino también su sentido del humor agudo e irónico. Antonio Lanzos llegó a Oviedo en 1982 (antes había recalado en Llanes como secretario judicial y poco después juez en prácticas) y durante ocho años se hizo cargo del Juzgado de primera instancia e instrucción número 2, en el que coincidió con el entrañable secretario judicial Carlos Cima García, fallecido el pasado mes de marzo.

Ocho años después, en febrero de 1990, Lanzos se hizo cargo de la presidencia de la Sección Segunda de la Audiencia de Oviedo, en la que realizaría la mayor parte de su carrera como juez. Durante 23 años, Lanzos tuvo que lidiar con asuntos problemáticos, como los juicios de carácter sexual o de trata de blancas, causas de corrupción o crímenes sonados. Allí permaneció hasta el año pasado, en que se hizo cargo de la Sección Tercera de la Audiencia, después de la jubilación de otra figura habitual de la Audiencia ovetense, el magistrado Manuel Avello.

En la Sección Segunda fue sustituido por Julio García-Braga Pumarada, a quien ayer le podía la emoción al conocer por LA NUEVA ESPAÑA el fallecimiento del magistrado. "Llegué de Bilbao a Oviedo en el 88 y me hice cargo del Juzgado número 3. Él estaba en el 2. En 1990 pasó a presidir la Sección Segunda de la Audiencia y me dijo: 'Vente conmigo'. En octubre de ese año ya me habían destinado allí, fue él quien me llevó a la Audiencia", rememoró este magistrado piloñés.

"Era un gran jurista, con una buena preparación, muy trabajador y un gran compañero. Tenía una gran intuición para enfocar los problemas que se planteaban en cada juicio. Era muy claro, muy tranquilo, irónico, pero muy buena persona", añadió García-Braga.

Casado con Ana María Sanz Viola, profesora de Derecho Civil en la Universidad de Oviedo (a la que conoció cuando estudiaba la carrera en Valladolid), Antonio Lanzos deja dos hijos, el también magistrado Javier Lanzos Sanz (juez de lo contencioso en Bilbao y con anterioridad destinado en Cataluña) y el abogado Antonio Lanzos Sanz. Recientemente, el magistrado había sido abuelo.

La salud de Antonio Lanzos Robles comenzó a fallar en 2011, cuando sufrió un infarto y se le descubrió un cáncer de pulmón. En los últimos meses se había visto obligado a coger de nuevo la baja debido a la enfermedad que le aquejaba.

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Ignacio Vidau, indicó que la judicatura asturiana había estado muy pendiente de la evolución del estado del magistrado en los últimos meses. Y confesó estar "muy apenado" por el fallecimiento de "una gran jurista y gran compañero", un juez todavía joven, que aún podía haber ofrecido mucho como magistrado.

El abogado y exmagistrado de la Audiencia Agustín Azparren también tuvo palabras de cariño hacia Antonio Lanzos, que tomó parte, junto a otros 24 jueces, en la puesta en marcha de la Asociación Foro Judicial Independiente, una de las cuatro en liza en el mundo de los jueces. "Era un juez independiente, desvinculado de las etiquetas. No se quiso asociar nunca, hasta que lanzamos el Foro Independiente. Aunque había nacido en Valladolid se sentía un asturiano más", aseguró Azparren. Y es que incluso en sus vacaciones, el magistrado fallecido prefería quedarse en la región, concretamente en Ribadesella, donde era una presencia habitual durante los veranos.

El presidente de la Audiencia, José Antonio Soto-Jove, en una reunión en Zaragoza, se mostraba también entristecido por el fallecimiento de Lanzos. "Se sabía que estaba enfermo, pero esta noticia nos coge a contrapié", indicó. "Cuando llegué a Oviedo en 1986, ya estaba él en el Juzgado número 2. Formaba parte de una quinta muy veterana, de la que formaba parte también el recientemente jubilado Manuel Avello.

El magistrado reconoció en alguna ocasión a LA NUEVA ESPAÑA que se había decantado por ser juez tras conocer al padre magistrado de un amigo. También a LA NUEVA ESPAÑA confesó en otra ocasión lo duro que era enviar a la gente a la cárcel.

La capilla ardiente quedó instalada en el tanatorio de Los Arenales. A las cinco de esta tarde se celebrará un funeral de cuerpo presente en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen (Padres Carmelitas). A continuación será incinerado en la intimidad familiar.