Un oso macho adulto, de más de 5 años de edad, apareció muerto el domingo en la localidad lacianiega de Rabanal de Arriba, en el municipio de Villablino (León), limítrofe con Asturias. El animal fue encontrado por varios paseantes con la cabeza metida en un arroyo, circunstancia que hace pensar a la Junta de Castilla y León que pudiera tratarse de un caso de envenenamiento. Es el segundo ejemplar de oso pardo cantábrico hallado muerto en cinco días, tras el aparecido el martes pasado en Cortes (Quirós).

El plantígrado fue trasladado ayer por la mañana a la Facultad de Veterinaria de León. Allí, el catedrático Juan Francisco García Martín le realizó la necropsia y los estudios radiológicos para concretar los motivos de su fallecimiento. Marín aseguró ayer a este periódico que los resultados todavía tardarán "varios días" en conocerse, pero que "de momento" no se descarta nada. "Pudo ser una muerte natural o también un envenenamiento", aseguró. Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP), cuyos técnicos participaron en las labores de inspección y traslado del animal, instó a "esperar" los resultados, pero reconoció que "la situación en la que fue hallado es compatible con malas noticias". El cadáver fue visto por dos grupos de paseantes, que avisaron simultáneamente a la Guardia Civil y la FOP. De acuerdo con el primer examen visual, el oso, "fuerte y con mucho pelo", no presentaba en su cuerpo ningún indicio que permitiese averiguar los motivos de su muerte.

Por otra parte, Marín confirmó ayer que los análisis del ejemplar muerto en Quirós tardarán unos días en hacerse públicos, pero que se descarta la posibilidad de que fuera abatido a tiros. Los colectivos ecologistas insistieron en denunciar el furtivismo y exigen que se investiguen en profundidad las causas.