Jorge Palomo Carmona se siente "contento" porque su vivienda bioclimática familiar, de Peón (Villaviciosa), es un proyecto personal "que ha costado mucho, tanto económicamente como en tiempo", mientras que el ovetense Andrés Diego Llaca dice que eligió su taller de escultura y cerámica, de Ferroñes, en Llanera, por "estrategia, porque los jurados siempre ven con agrado una obra pequeña".

Los ganadores ex aequo del premio "Asturias" de arquitectura recibieron ayer su premio de manos de la consejera de Cultura, Ana González, en el mismo acto en el que se inauguró la exposición con las obras seleccionadas, en el Colegio de Arquitectos, en Oviedo, representado por su decano, Alfonso Toribio. La consejera destacó la presencia, entre los accésits, de un colegio y un velatorio, que serían "una metáfora de cómo la arquitectura vertebra nuestra vida desde que nacemos hasta que morimos".

Los accésit a obras construidas fueron para la escuela infantil de 6 unidades, de Nuevo Roces (Gijón), de los arquitectos José Luis Quidiello y Jesús Sotelo; el velatorio de Ribadedeva, de Alfredo Estébanez y Eduardo García y una casa y estudio de artista, en Gijón, de Antoni Montes y Lluis Ortega. El jurado reconoció, asimismo, la difusión de la arquitectura de la exposición "Aprendiendo de las Cuencas" de los arquitectos Ignacio Ruiz y Sara López. Una vivienda unifamiliar entre medianeras, en Avilés, de Carlos Alberdi, recibió la mención extraordinaria del jurado.