Arsenio Díaz, de 89 años, vecino de Bodes (Parres), falleció en la tarde del sábado en el Hospital de Cabueñes al que fue trasladado en la medianoche del viernes tras sufrir el ataque de unas avispas que se saldó con más de 300 picaduras de las que no se pudo reponer. Es la segunda víctima mortal registrada en Asturias esta semana tras un ataque de estos insectos, ya que un maliayés también perdió la vida el miércoles después de recibir varios picotazos en las inmediaciones de la playa de Rodiles (Villaviciosa).

La salud del anciano parragués se había debilitado en los últimos meses, pero el ataque de los insectos supuso la puntilla. "Tenía varios problemas que se agravaron con las picaduras y ya no pudo reponerse", comenta el hijo del fallecido, que acudió en auxilio de su progenitor minutos después de los hechos y también se vio afectado por una decena de picotazos, al igual que su madre y otros y familiares y vecinos.

Si bien los médicos dieron alguna esperanza a la familia tras atender a Díaz en Arriondas, su estado empeoró tras unas horas y los profesionales decidieron que lo mejor era trasladarle a Gijón para aplicarle varios tratamientos específicos, que finalmente no dieron resultado. "Los efectos de las picaduras obligaron a sedarle y horas después falleció", relatan los familiares, que dicen estar todavía conmocionados por el suceso. "Es increíble que haya vivido tanto tiempo allí y haya fallecido justo junto a su casa en estas circunstancias", comenta un vecino bastante allegado a la familia.

Ante la gravedad de los hechos, la familia ha pedido al Ayuntamiento de Parres y a los servicios de emergencia que tomen cartas en el asunto para eliminar de la zona un avispero que amenaza la integridad de los vecinos. Los expertos ya han recogido varias avispas que han llevado a analizar. "En principio, los análisis descartan que sea una especie peligrosa", aseguran familiares del fallecido.

De todos modos, los lugareños aseguran que ya nunca podrán olvidar este triste episodio que se ha llevado la vida de un vecino que, esta misma tarde, será enterrado en su localidad natal. "Nunca se me olvidará la cara de Arsenio llena de avispas", comentó su mujer, a la que los hechos sorprendieron en la huerta recogiendo guisantes, pocas horas antes de recibir la fatal noticia de la muerte de su marido.

La muerte de Arsenio Díaz se suma a las abundantes secuelas que han dejado esta semana por toda la región los ataques de las avispas y abejas. Además de los dos fallecidos, hubo siete heridos más: tres familiares de Díaz, un compañero del hombre fallecido en Rodiles, un langreano que pasó la noche en el hospital tras recibir seis picotazos de avispa y dos casinos atacados por las abejas que causaron la muerte a dos de sus caballos.