No sólo del desove viven los ríos asturianos. También de la mano del hombre. Varias asociaciones de pesca, en colaboración con la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos del Principado de Asturias, inician hoy en Ibias una suelta de alevines de trucha para contribuir a mantener la población de esta especie. Los colectivos que impulsan esta iniciativa son La Socala de Valdés, Fuentes del Narcea, Las Mestas de Salas, El Banzao de Tineo, La Asturiana, El Maravayu, El Esmerillón y Amigos del Nalón.

Las Mestas soltará esta mañana entre 20.000 y 30.000 alevines de trucha, según cuenta uno de sus miembros, Gonzalo Quintana. "Pasado mañana iremos a Cudillero y falta por repoblar la zona de Avilés. Vamos a casi toda Asturias", relata. El presidente de esta asociación, Enrique Berrocal, asegura que, en lo que va de 2014, han liberado en las aguas dulces de la región 500.000 alevines y confía en doblar la cifra al acabar el año. "Queremos soltar salmones en julio y agosto, aunque podemos llegar a septiembre o incluso noviembre. Hay que esperar a que los salmones crezcan lo suficiente para cortarles la aleta adiposa; para que los pescadores vean que es un auténtico salmón asturiano", explica. Su colectivo, creado hace 20 años por pescadores del río Narcea, cuenta ahora con una piscifactoría en Quintana, a cinco kilómetros de Pravia.

En las próximas semanas, la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial, planea repoblar los ríos del Principado con 250.000 alevines de trucha autóctona, en unas fechas acordadas con el Gobierno autonómico. Los peces provienen del Centro Ictiogénico que la asociación posee en Cabañaquinta. Mañana, llevarán a cabo una suelta en los ríos Trubia y Quirós. Al día siguiente, jueves 17, acudirán a los ríos Caudal, Cuna, Morcín y Riosa. Muchos de los peces mueren por causas naturales, como enfermedades o depredación.

Las fechas de las sueltas no son casuales. A medida que las crías de las piscifactorías crecen y se convierten en alevines suficientemente grandes, las asociaciones colaboradoras (los particulares no tienen permitido liberar animales en las cuencas sin más) avisan a la Consejería. Después, los responsables autonómicos envían empleados con grandes cubas, que se ocupan de trasladar a los peces a su destino final.

Estas sueltas cuentan con una larga tradición. Por ejemplo, el pasado junio, La Asturiana repobló, con 25.000 alevines, los ríos Pigüeña, Cauxa y Tuña con la ayuda de alumnos del Colegio de Belmonte de Miranda. Las Mestas lleva 14 años y no tiene fecha para dejar de soltar peces, mientras haya pescadores. Una labor a favor de corriente.