Juan Morales, licenciado en Derecho y funcionario de Justicia, salió volando del PP asturiano en una de sus muchas crisis, y acabó encabezando la candidatura de IDEAS -Independientes de Asturias- a la presidencia del Gobierno regional. El que había sido portavoz parlamentario del PP y contrincante de Ovidio Sánchez en un congreso en el que se enfrentó al aparato y que perdió tras obtener el 39 por ciento de los votos dejó la política tras aquella fallida aventura electoral. Ahora vuelve a las filas del PP, presentado a bombo y platillo por su presidenta, Mercedes Fernández, como prueba del nuevo talante popular, que aspira a cerrar las heridas y a aglutinar bajo sus alas al centro-derecha, con la mirada puesta en Foro Asturias.

-¿Por qué vuelve?

-Porque creo que el país está atravesando un momento en el que es urgente que todos los que nos sentimos de centro y derecha nos unamos, y creo sinceramente que el PP es el único que puede pilotar esa unidad. Tras las elecciones europeas, es evidente que la izquierda quiere agruparse, y eso nos lleva a intentar sumar todas las fuerzas. Lo hago por responsabilidad y compromiso. Eso se sumó a que percibí un cambio en el mensaje, un talante nuevo que llamaba a la unidad, y di el paso.

-¿Le llamaron o fue usted el que se acercó a su antiguo partido?

-Fue una cosa mutua, yo seguí manteniendo siempre contactos con militantes del PP, y fueron surgiendo conversaciones, hasta dar el paso definitivo.

-Usted se enfrentó al PP en unas elecciones, encabezando IDEAS. ¿Qué ha cambiado para que quiera regresar?

-Yo nunca milité en otro partido, aunque es un error muy extendido decir que fundé IDEAS. Era un partido que agrupaba a personas que habían militado en otros partidos y habían decidido presentarse de forma independiente. Me llamaron para encabezar la candidatura al Principado, perdí las elecciones y ahí se acabó todo.

-Usted logró un 39 por ciento de los respaldos en un congreso en el que tenía en contra al "aparato" del partido. ¿No hubo posibilidad de integración posterior?, ¿por qué se dio de baja en el PP?

-Fue un congreso muy convulso, muy difícil, en el que muchas cosas salieron dañadas, también en lo personal y familiar. Me pareció entonces que la única salida era irme. Se hicieron cosas mal, por uno y otro lado, fue una dinámica que, lamentablemente, se ha repetido en las últimas décadas de forma constante en el PP, que ha ido de crisis en crisis, primero con Sergio Marqués, luego aquel congreso que acabó con mi marcha, después la escisión de Foro... Era una dinámica en la que entramos todos, y nos fue imposible salir de ella. Era pernicioso, los ciudadanos no lo entendían, y eso se reflejó en los resultados electorales. He vuelto porque percibo que por primera vez que esa dinámica se está rompiendo.

-¿A qué achaca esa dinámica, le pone nombre? ¿Hubo excesivos personalismos, con dirigentes como Ovidio Sánchez o Gabino de Lorenzo?

-Sería injusto achacarlo a personas concretas, todos participamos de una u otra forma. Pero llega un momento en el que hay que poner punto y aparte, y creo que la nueva dirección del partido lo está haciendo.

-Usted ya estaba fuera de la política cuando el PP sufrió la crisis que acabó en la creación de Foro Asturias. ¿Cómo lo vivió?

-Me pareció normal, era algo que ya había visto muchas veces antes, era el propio funcionamiento interno el que llevaba a esa crisis permanente, fue otro ejemplo más de la incapacidad de alcanzar acuerdos e integrar.

-¿Usted estuvo cerca de Foro Asturias?

-Escucho o leo esas insinuaciones y aunque no quiero entrar a desmentir rumores, tengo que decir que nunca milité en ese partido político, ni en ningún otro, aparte del PP.

-¿Usted conoció a Francisco Álvarez-Cascos cuando estaba en el PP?

-Sí, y tuve una relación de respeto y reconocimiento a una persona que fue ministro en uno de los mejores gobiernos que ha tenido España.

-¿No le tentó su proyecto político?

-Estaba en otra cosa, no me interesaba volver a la política. Ahora el momento ha cambiado.

-Hay un sector del partido que ha expresado malestar por su retorno, incluso por la puesta en escena. ¿Es el hijo pródigo?

-Entiendo perfectamente esa reacción, porque somos todos producto de esa situación de convulsión permanente que ha vivido el PP en Asturias, pero creo que hay que aparcar el pasado.

-¿Viene con la idea de ocupar algún cargo público?

-Vengo a trabajar, como un militante de base. No vengo a por ningún cargo público, ni a disputarle a nadie un puesto en ninguna lista. Cuando me enfrenté a Ovidio Sánchez en el congreso, era portavoz del PP en la Junta. Tenía ese cargo, y lo arriesgué porque en aquel momento consideré que era lo adecuado, aunque ahora soy crítico con muchas de las cosas que hice. Pero desde luego no tengo ningún afán de protagonismo ni de cargos, y tampoco quiero tener una responsabilidad como la que tuve. Tengo mi trabajo, mi vida es tranquila y la política es muy dura. Cuando me fui sentí alivio, y ahora que vuelvo lo que quiero es arrimar el hombro.

-La puesta en escena de su llegada, ante las cámaras, ha llamado la atención.

-Se quejan de que me reciban con los brazos abiertos, pero cuando alguien vuelve a su casa, ¿cómo le reciben? ¿Con los brazos cerrados? ¿Es el PP un club privado o es un partido que debe estar abierto a la sociedad? Creo que debe ser un partido abierto a todos, ahora más que nunca.

-¿Detrás de usted vienen más?

-Lo que sí detecto es que hay un deseo de encontrar un cauce político, un proyecto de presente y de futuro que aglutine al centro-derecha, y que eso sólo se puede hacer desde el PP. Lo necesita Asturias y lo necesita España.

-Llega a un partido con graves casos de corrupción.

-La corrupción es un mal que ha afectado a todos los partidos y a los sindicatos, y también a las organizaciones empresariales. Hay que poner medidas, no cuestionarlo todo.