El juzgado de instrucción de Lerma que desde hace medio año investiga el fallecimiento en una casa rural de Tordómar (Burgos) de seis gijoneses miembros de una misma familia descarta que del trágico suceso se desprendan responsabilidades penales. El magistrado encargado del caso ha decidido abrir la vía de la responsabilidad civil para tratar las indemnizaciones derivadas del siniestro en un procedimiento en el que ya se han personado como parte interesada los familiares de los fallecidos. La densa humareda provocada en la casa rural por una lámpara de las denominadas "quitamiedos" que calentó un rodapié y un cojín acabó con la vida de la matriarca de esta familia, María José Medio Bozmediano, de 59 años, sus dos hijas (Almudena Medio, de 36 y María Medio, de 35), y tres de sus nietos con edades comprendidas entre los 4 y los 6 años.

Las investigaciones llevadas a cabo por los agentes de la Guardia Civil especializados en incendios, con base en León y en Logroño, han permitido concluir que el incendio "no fue responsabilidad de nadie". Tampoco hubo negligencias. A pesar de que las conclusiones son ya definitivas el juzgado aún está pendiente de recibir en los próximos días el último informe que se debe incorporar al expediente del caso: el que han elaborado los técnicos de la empresa eléctrica que había realizado la instalación de la casa rural Ribera de Arlanza, en la que sobrevino la tragedia a la familia gijonesa.

Lo que parecía claro desde un primer momento, y ahora se confirma definitivamente, es que el incendio no provocó apenas llamas. Fue la densa humareda la que acabó con la vida de los seis miembros de la familia gijonesa, que dormía en la estancia superior de la vivienda y que se vieron sorprendidos por el humo. No tuvieron apenas tiempo de abandonar el inmueble, que se convirtió en una trampa mortal. Los gases tóxicos, de hecho, hicieron aún más complicada la investigación de los agentes de la Guardia Civil que recogieron pruebas después del suceso. "No sabemos ni cómo pudieron llegar hasta el ático de arriba los chavales que intentaron rescatar a las víctimas", confesaba días después del suceso uno de los bomberos voluntarios de Lerma aludiendo a la heroica actuación de los "héroes de Tordómar", unos jóvenes que se encontraban en un bar cercano a la vivienda en el momento de la tragedia y que no dudaron en acercarse hasta el inmueble para auxiliar a las víctimas. La casa rural permanece cerrada desde la tragedia de la madrugada del 22 de febrero. En su página web un lazo negro recuerda el incendio.

En el momento del suceso, los gijoneses celebraban en esta casa un encuentro familiar aprovechando el regalo de Navidad que la matriarca del clan hacía siempre a sus hijas para poder reunir a toda la familia durante un fin de semana. El año pasado María José Medio Bozmediano había elegido Tordómar para una fiesta que finalmente acabó en desgracia.