El vuelo a baja altura de un avión de Iberia sobre la playa de Salinas sorprendió ayer por la tarde a cuantos ciudadanos se encontraban en ese momento en el arenal de Castrillón e inmediaciones. "En principio pensamos que se trataba de una avioneta, ya que no es habitual ver un avión comercial volar tan bajo", señalaba Reyes Fernández Fernández, que acompañada de sus padres y hijas (Carolina y Alicia) disfrutaba de una calurosa jornada de playa. "Estábamos en el agua cuando nos dimos cuenta de que sobrevolaba la playa. Impresionaba su cercanía. Toda la gente a nuestro alrededor se quedó mirándolo bastante sorprendida e incluso un poco asustados", añadió esta mujer. "Venía del mar y daba la impresión de que le costaba trabajo ganar altura; parecía como si no tuviera potencia suficiente para subir", añadió su madre, a la que también le llamó la atención el ruido que emitía la nave, "diferente, más suave de lo habitual", dijo.

Quienes vieron la aeronave atravesar el cielo de la playa de Salinas hasta alcanzar su extremo más oriental en torno a las seis de la tarde comentaban el hecho con cierto sobresalto. Todos coincidían en señalar que procedente del mar, una vez superado el último edificio Gauzón, giró a la derecha para alejarse de la costa y adentrarse en el interior. En este punto, algunos conductores observaron atónitos al avión superar la gran pared de roca de San Cristóbal para desde ahí emprender rumbo a Santiago del Monte para aterrizar en el aeropuerto asturiano.

"Acabábamos de llegar a Salinas cuando lo vi. Me impactó que estuviera tan cerca", comentaba Justi González Rivero, vecina de Sabadell y de visita en Salinas junto a su marido Antonio Argany, el hijo de ambos Arnau y el perro "Aron". Tal fue la extrañeza que le causó la proximidad del avión que lo fotografió con el teléfono móvil para a continuación mostrar la imagen a unos amigos de Piedras Blancas, la familia Peña, con la que se trasladaron a la localidad.

El viento es la razón por la cual el avión pudo ser contemplado volando bajo, ya que, según personal de Aena, en lugar de entrar desde el interior, por la cabecera 29, el acceso habitual, lo hizo desde el mar, por la cabecera 11, la situada junto al playón de Bayas. Las mismas fuentes informaron de que no se produjo ningún incidente durante la maniobra.

Se da la circunstancia de que ayer por la mañana el vuelo de otro avión, éste de dimensiones más pequeñas, sobresaltó también a algunos bañistas de la costa de Llanes.