Vicente Gotor, rector de la Universidad de Oviedo, ha lamentado de tantas maneras el impacto de la crisis sobre la institución que conduce que ayer, en el solemne acto de apertura del curso 2014-2015, se forzó a sofisticar la demanda, envolviéndola esta vez en la voz de Severo Ochoa. Decía el premio Nobel luarqués, dijo el rector en su intervención, que la investigación necesita "más cabezas que medios". Y después de mucho tiempo dudando de la validez de la cita, reconoció, la persistencia del "largo invierno en que está sumida la Universidad española" ha terminado por obligarle a claudicar, a admitir que Ochoa tenía razón, a alertar de que "si no se acaban las medidas de ajuste o se reactivan las convocatorias de jóvenes investigadores, perderemos la oportunidad de contar con un relevo generacional".

La señal de alarma respecto a los programas de investigación fue una de las muchas que se encendieron durante el discurso del rector. Defendió Gotor que "la Universidad no se para pese a la situación adversa que vivimos". Sostuvo que "hemos conseguido mucho con poco" y en todo caso "más de lo previsible en un escenario de recortes tan importante", pero dejó claro que el recuento de avances ha exigido alguna pirueta financiera con las partidas de un presupuesto que cuenta "cuarenta millones de euros menos que hace cinco años" y un número de alumnos que se mantiene "o incluso aumenta ligeramente". "Por primera vez en seis años", reconoció el rector, vienen de "un remanente negativo de medio millón de euros", y aunque, "aun así, podemos decir que tenemos las cuentas saneadas", el riesgo no remite. Sobre todo el que amenaza el relevo generacional, una admonición que sobrevoló varias veces la alocución de Gotor. Tan apremiante es la amenaza que el rector calificó de "más necesaria que nunca" la demanda de que se afloje el yugo de la tasa de reposición -la proporción de vacantes por jubilación que se cubren-, situada en el diez por ciento para el profesorado y en el cero en el personal de administración y servicios. Su plantilla de profesores -"tenemos más de doscientos menos"- "no puede seguir menguando", apostilló.

Gotor recibió de su auditorio, de los claustrales y las autoridades políticas que escuchaban en el paraninfo del edificio histórico de la Universidad, al menos una réplica a sus demandas. Reclamó del Principado la aprobación de un contrato programa que fije partidas de financiación plurianual y permita a la institución "planificar políticas a medio plazo" y poco después, en su turno, el presidente del Principado, Javier Fernández, le contestó que sí. Que este año. Que "confío en que se firme antes de fin de año para dar estabilidad financiera a la Universidad". Fue esta herramienta una de las demandas del PP para respaldar las leyes de crédito extraordinario que permitieron al gobierno hacer frente a las estrecheces de la prórroga presupuestaria.

En la solemnidad de la apertura del curso, María Josefa Sanz, catedrática de Ciencias y Técnicas Historiográficas, dedicó su lección inaugural a reconstruir el pasado del "Liber testamentorum", el códice más célebre de los elaborados y conservados en Asturias, y el rector y el presidente del Principado consagraron las suyas a inventariar cada uno sus aportes al futuro de la institución. Gotor celebró haber mantenido la plantilla pese a los recortes, los 30 grados y másteres con docencia bilingüe, la "aceptación" de los dobles grados -alternativa a la imposibilidad financiera de ampliar titulaciones-, la intensificación de los intercambios internacionales o "la altísima calidad de nuestros investigadores y su proyección mundial". Fernández expuso la congelación de tasas de primera matrícula por tercer curso consecutivo y, entre otras, "la aportación extraordinaria de 3,6 millones para que el cierre presupuestario de 2013 fuese menos difícil". O "los más de tres anuales para las becas predoctorales Severo Ochoa", la convocatoria de las posdoctorales Clarín... "Esperamos que antes de fin de año", concluyó, "se convoquen los doctorados industriales, las tesis vinculadas a un proyecto de interés para una empresa".

El curso inaugurado ayer comienza en las aulas el martes con unos 1.300 alumnos menos por la supresión de muchos quintos cursos debido a la implantación definitiva del "plan Bolonia" y algo más de 5.000 de primera matrícula, una cifra similar a la del año pasado. Arranca el doble grado de Ingeniería Civil y Minas en Mieres, Química se incorpora a la docencia bilingüe y la hoja de ruta del rector pide "más dobles titulaciones, más másteres de posgrado online, semipresenciales, y potenciar la investigación", sin desdeñar el intento de que "alguna titulación se imparta sólo en inglés". Pero no, precisa, la "reforma de la reforma" que pretende el Ministerio, con grados de tres años y másteres de dos. Ese modelo, que al decir del rector "habría sido el adecuado para implantar desde un primer momento", carece de sentido en pleno proceso de adaptación.