El verano no quiere marcharse. O eso asegura Manuel Antonio Mora, delegado de Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Asturias, que prevé que los primeros días del otoño serán "una prolongación" de la época estival, con temperaturas "muy por encima de las esperadas", que pueden alcanzar los 25 grados.

Hasta el domingo "el tiempo será muy agradable, con nieblas a primera hora de la mañana pero cielos poco nubosos el resto del día hasta el domingo, día en que habrá inestabilidad con posibilidad de tormentas", según Mora. Las lluvias, que causaron graves estragos en el oriente asturiano en las horas previas a la llegada del otoño, comenzarán a remitir a partir de hoy. Si bien esta zona se encontraba en la primera quincena de septiembre por debajo del nivel medio de precipitaciones, es posible que tras el temporal las estadísticas den un vuelco. El lunes en el concejo de Llanes llegaron a registrarse 127 litros por metro cuadrado de precipitaciones, hecho que provocó que el acceso al centro de la capital quedase cortado unas horas, además de varias inundaciones en distintos locales. Ese día, entre las dos y las tres de la tarde del lunes, la estación automática situada en el faro de Llanes registró 51,6 mililitros, con un punto de intensidad máxima que alcanzó los 85,2 mililitros por metro cuadrado en diez minutos. Según Mora, "lo que pasó en Llanes no es algo habitual pero tampoco excepcional". El delegado de Aemet en Asturias puso como ejemplo los 208 litros por metro cuadrado registrados en Amieva el 13 de octubre de 2005.

Mora también aseguró que el otoño que entró la pasada madrugada será "normal" en cuanto a temperaturas y precipitaciones.

El delegado de Aemet hizo además balance de un verano que ha sido "normal tirando a cálido" en cuanto a temperaturas y "normal, tirando a seco" en cuanto a precipitaciones, si se compara con los valores registrados en los últimos 30 años, para los que se tiene como referencia el periodo que va de 1981 a 2010 . Asimismo destacó que "cada uno de los meses veraniegos ha tenido un comportamiento muy diferente". Así, en junio se registró una variación positiva de las temperaturas de un tres por ciento, con 16,7 grados de media y precipitaciones que alcanzaron el 57 por ciento de su valor habitual con 39 milímetros. Julio fue un mes "normal", con una temperatura media de 18,1 grados y precipitaciones que alcanzaron una media de 51 milímetros. Por su parte, agosto se presentó "más frío de lo normal", con una temperatura media de 18.8 grados, un cuatro por ciento inferiores a lo habitual y 131 milímetros de precipitación acumulada, lo que equivale al 75 por ciento de su valor habitual. "Mientras que el ambiente fue húmedo y cálido en el interior occidental, en la montaña oriental se registró uno más fresco y seco", aseguró Mora.

Aunque en el conjunto de la península ha habido una actividad eléctrica superior a la media, que se toma teniendo un periodo de referencia de 10 años, de 2004 a 2013, en Asturias se recogieron 7.316 descargas, dato ligeramente por debajo de la media regional que se sitúa en 7.945. Aunque en junio hubo más insolación de lo normal, julio y agosto estuvieron por debajo de la media en Asturias. Así, en zonas como el aeropuerto, las horas de sol fueron 152 en julio, un 88% del valor normal y en agosto sólo 160 horas. Oviedo se convirtió en una excepción al registrar en junio y agosto valores superiores a la media. En cuanto al año hidrológico que termina el 30 de septiembre, el delegado de Aemet ha concluido con que está "por debajo de lo que es normal pero sin llegar a ser seco".

La temperatura más baja del verano se registró el 10 de julio en Leitariegos cuando los termómetros marcaron 1,6 grados. La máxima se alcanzó el 17 de julio en Soto de la Barca, con 36 grados.