"Los economistas, a veces, son tan ingenuos que piensan que pueden eliminar los riesgos del sistema capitalista". Lo dijo ayer en Oviedo Álvaro Cuervo, ilustre integrante del gremio, asturiano de Carreño, catedrático emérito de la Complutense de Madrid, director del CUNEF y honoris causa por la Universidad de Oviedo, además de otras muchas, que fue el encargado de pronunciar la conferencia titulada "Crisis bancarias: causas y respuestas" en la entrega de títulos a los nuevos diplomados del Instituto Universitario de Empresa (IUDE), que presidió Vicente Gotor, rector de la institución académica asturiana, y a la que también acudieron su director, Juan Trespalacios, la catedrática de Economía Financiera Susana Martínez y la concejala del Ayuntamiento de Oviedo Silvia Junco.

Los egresados se fueron a casa con el diploma bajo el brazo y el completo mapa trazado por Cuervo sobre las causas que explican las últimas crisis bancarias en España, las razones que sirven para argumentar la limitada capacidad de anticipación a ellas y los modelos de resolución aplicados tanto en la hecatombe que sacudió el sistema financiero español entre 1977 y 1984 como en la reciente situación crítica atravesada por la banca española desde 2007 hasta casi nuestros días.

Ambos fenómenos, distantes en el tiempo, fueron similares y recibieron respuestas parecidas, con la salvedad de que en el primer caso, el Banco de España hizo de muro de contención y pudo poner orden en el sistema. En el caso más reciente, España, en un escenario diferente, ha tenido que seguir las directrices marcadas por Bruselas.

El "maestro de maestros", como lo definió Vicente Gotor, y que antes de comenzar su análisis aclaró que aunque nació en Carreño es del Real Oviedo, dejó claro que las causas de la crisis fueron internas -propias de las entidades- y externas, vinculadas al entorno económico a la morosidad de las empresas. "Muchas compañías no fueron capaces de adaptarse a las nuevas exigencias tecnológicas, si eso se une a la rigidez estructural de las empresas españolas, tenemos esa caída de la rentabilidad de los activos y el encuentro de la banca con un mercado no previsto", señaló.

Cuervo defiende que en España el entorno financiero contribuyó a amplificar el efecto de la crisis. "Por el alto endeudamiento del sector empresarial del país, frente al de otros estados, debido a que los gastos financieros en España son deducibles, mientras que en otros países tienen más peso los fondos propios". A esa vulnerabilidad empresarial el profesor une las burbujas financieras. "Cuando hay liquidez todo el mundo quiere invertir, es la fiebre del oro, como en el siglo XIX; en este caso, concentrada en el sector inmobiliario", indicó. A su juicio, "la sociedad española olvidó valorar el riesgo y nos hundimos como el 'Titanic'".

Además, pone a las cajas de ahorros en el epicentro del problema. "El centro de la crisis estuvo en ellas, y las principales causas fueron internas", sentencia. El profesor, que participó en los procesos de saneamiento de la crisis bancaria que experimentó España entre los setenta y los ochenta del siglo pasado, fue presidente de la Banca Masaveu y vicepresidente del Banco de Asturias y del Banco Occidental, además de consejero de numerosas sociedades. Cuervo asegura también que la norma que dio libertad a las cajas puede ser, en parte, culpable de la última crisis, azuzada por factores como la ausencia de presión disciplinaria de la propiedad, y una falta de definición de la misma, el descontrol y las injerencia políticas. "No piensen que están ante una crisis histórica ni que este tipo de hechos van a desaparecer, porque habrá más, derivadas de este sistema capitalista", añadió.

Cuervo reconoce la escasa capacidad de anticipación a los hechos de la que hizo gala España en los años pasados. "En 2007 la intervención se pospuso dos años, hasta 2009, por presiones del entorno político. Se pensó que era un problema de liquidez y que podría arreglarse con fusiones de cajas", lamenta. El problema no se atacó realmente hasta la creación del Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB) y el Sareb -el llamado "banco malo", al que van los activos inmobiliarios de los bancos en crisis- en el año 2012.

Los diplomados de la 21.ª promoción del máster en Dirección de Empresas MBA Ejecutivo, la 39.ª promoción de Especialista Superior en Técnica Fiscal y la 12.ª promoción de Experto en Bolsa y Gestión de Patrimonios también se fueron con el mensaje claro de que en el futuro ya no habrá dinero público a discreción para salvar a los pequeños bancos. "Sólo podrá haber intervención en entidades tan singulares que sean claves para el sistema, ahí el Gobierno no podrá lavarse las manos", precisó el economista Álvaro Cuervo.