La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

SÉKOU DIT GAOUSSOU CISSÉ | Embajador de la República de Mali en España

"El Islam es una religión de tolerancia y así se vive en Mali, mi país"

"España ha contribuido mucho al diseño de la actual política europea con África y es un buen aliado, al igual que la UE"

Sékou Dit Gaoussou Cissé, el lunes, en la Facultad de Económicas. MIKI LÓPEZ

Sékou Dit Gaoussou Cissé, embajador de la República de Mali en España, pronunció el pasado lunes en Oviedo la conferencia inaugural de las XIII Jornadas de Economía, Derecho y Política de la Seguridad y la Defensa, organizadas por el Área de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Oviedo, y dirigidas por los catedráticos de Derecho Internacional Público Paz Andrés Sáenz de Santamaría y Javier A. González Vega. Mali, un país sin salida al mar, séptimo más extenso de África, tiene sus fronteras al norte con el Sahara, mientras que la región meridional, donde vive la mayor parte de sus habitantes, está cercana a los ríos de Níger y Senegal. La estructura económica del país se centra en la agricultura y la pesca. Aunque algunos de sus recursos naturales son el oro, el uranio y la sal, está considerada una de las naciones más pobres del mundo.

-Mali, con 2.000 años de historia, es uno de esos países que llaman la atención de los españoles.

-El actual territorio maliense fue sede de los tres imperios de África Occidental que controlaban el comercio transahariano: el Imperio de Ghana, el Imperio de Mali (del cual Mali toma su nombre) y el Imperio songhay. A finales del siglo XIX, Mali cayó bajo el control de Francia, pasando a formar parte del Sudán francés. En 1959 consiguió su independencia junto con Senegal, convirtiéndose así en la Federación Malí, la cual se desintegraría un año después. En 1991 se estableció la democracia.

-Vivimos un auge del islamismo radical con manifestaciones como el EI (Estado Islámico). Mali tiene un 90% de musulmanes. ¿Lo observa con preocupación?

-El 90% de la población de Mali es musulmana. No cabe duda de que la situación que atraviesan algunas zonas es preocupante. Pero en nuestro país tenemos un Islam muy moderado y tolerante. Es frecuente que las familias musulmanas celebren festividades cristianas como la Navidad y la Semana Santa. Lo mismo ocurre en el caso de los musulmanes. No tenemos problemas con la religión.

-Puede ocurrir que esa tendencia se rompa...

-El riesgo existe. Ese radicalismo está ahí. Pero el Islam es una religión de tolerancia y así se vive en mi país.

-¿Temen un rechazo hacia la inmigración de Mali que llega a España y a otros países europeos por el hecho de ser musulmanes?

-No, en absoluto. Las personas de Mali que vienen a España no se dedican al tráfico de drogas ni son islamistas radicales. Eso no ocurrirá.

-¿Qué oportunidades ofrece Mali para realizar inversiones empresariales?

-Tenemos un importante sector agrario y pesquero, con peculiaridades como la producción de frutas tropicales. También queremos desarrollar el turismo. Otras oportunidades están en la construcción de infraestructuras, petróleo y minería de oro. Por ejemplo, Repsol está en Mali.

-Llama la atención que una nación tan rica en recursos naturales está entre las más pobres de la tierra. ¿Qué es lo que falla?

-Lo que falla es el dinero. Tenemos petróleo, es cierto, pero simplemente para hacer un pozo de prospección se necesita, de mano, una inversión de diez millones de dólares.

-¿Hacia dónde camina ahora Mali?

-Necesitamos una especie de revolución de la juventud. En Mali los viejos siempre tienen razón y eso no siempre nos permite avanzar. En la capital, un visitante europeo va a encontrarse igual de cómodo que en una ciudad española. Los pueblos son diferentes, con códigos de vida muy distintos. Los cambios de mentalidad hay que hacerlos a través de la educación y en ese empeño estamos. Necesitamos docentes y contamos con la colaboración de muchos compatriotas que desarrollan sus carreras en otros países, por ejemplo Estados Unidos.

-España liderará a partir de noviembre la misión europea de pacificación en Mali, que estará al mando de un general de brigada durante nueve meses. Usted ha jugado un importante papel.

-Esta nueva responsabilidad se debe al compromiso de España con la estabilidad de los países africanos afectados por la amenaza terrorista yihadista. La firme posición de España y de algunos aliados en la UE y la OTAN llevó a que fuera incluido el Sur como una zona de especial riesgos e inestabilidad. Con la asunción del mando, España reafirma su compromiso con la lucha contra esta amenaza global en la que estamos implicados.

-¿La UE está llamada a jugar un papel preponderante en África?

-Es un agente muy importante que juega un papel clave. Y será un buen aliado en el futuro, por supuesto.

-¿España es un espejo en el que puede mirarse Mali?

-España es un gran país que ha contribuido mucho al diseño de la actual política europea con África. Su modelo de sociedad se corresponde con su cultura y su historia. El modelo para Mali tiene que venir de su propia historia y sociedad.

-A los habitantes de Mali les gusta mucho el fútbol, como a los españoles. ¿Es otra suerte de diplomacia?

-En cierto modo, sí. El fútbol también es un vínculo de unión entre nuestros pueblos.

-Tiene sus fronteras el pueblo saharaui, ¿cuál es su posición en el conflicto?

-Tratamos de hacer una equidistancia entre Argelia y Marruecos. Hemos reconocido a la república del Sahara, pero no mantenemos relaciones diplomáticas.

Compartir el artículo

stats