Asturias está fuera del eje de la riqueza europea, conocido como "la banana", por la forma que adopta sobre el mapa este área que va de Londres a Milán, pasando por ciudades como Berlín y París. Tampoco se integra en los ejes de crecimiento, que recorren las ciudades del arco mediterráneo y las del arco atlántico hasta Bilbao, para desplazarse hacia el interior de España por Zaragoza y Madrid. Lograr incardinarse en este último eje es una de las pocas salidas que le queda a la región para evitar un "drama demográfico" que, de seguir la tendencia actual, será irreversible dentro de veinte años.

Esta es una de las principales conclusiones de un estudio sobre la situación demográfica de Asturias que presentó ayer el Gobierno regional, y que ha sido elaborado por el profesor de la Universidad de Oviedo Fernando Rubiera. El informe es el primer paso para desarrollar una "Agenda demográfica" con medidas concretas para intentar atajar el problema. La baja natalidad, el envejecimiento de la población y el despoblamiento de las alas oriental y occidental de Asturias son los principales retos que espera abordar el Principado, que reconoce que las soluciones deben buscarse "a escala europea", por lo que Asturias se ha integrado en una red europea que pretende situar en el primer plano de la política comunitaria el problema demográfico.