"Un médico nunca debería dejar de tratar a un enfermo sea cual sea el protocolo, porque por encima de todo está la conciencia". La contundente frase del decano de la Facultad de Medicina, Alfonso López Muñiz, con veladas referencias a enfermedades de riesgo, como el ébola, con un caso declarado en España, resonó ayer con un eco especial en el aula "Pérez Casas y Bengoechea", (Aula A) de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, durante la ceremonia de entrega de diplomas a un centenar de nuevos licenciados en Medicina y en Odontología.

La fiesta de graduación coincidió con la festividad de San Lucas, el evangelista patrono de la Facultad y de los médicos, que, como destacó López Muñiz, fue un ejemplo de entrega y acompañamiento a los demás, en unos tiempos en los que la medicina carecía del componente tecnológico actual, que también es fruto de desigualdades entre quienes tienen acceso a él y los que carecen de esa posibilidad.

En la sala escalonada, abarrotada hasta el extremo, los alumnos, ya con la beca amarilla (color distintivo de Medicina) sobre el pecho, sus familiares y profesores escuchaban con atención las palabras de López Muñiz, que no pasó por alto el hecho de que la promoción que culminó ayer su paso por la Universidad es la última de la historia de la institución académica que ha realizado íntegros sus años de carrera en el edificio del campus del Cristo diseñado por Castelao y en el antiguo HUCA, cerrado en verano.

Para López Muñiz, el hecho reviste especial simbolismo, dado que el decano pertenece a la primera promoción de médicos formada en esas mismas dependencias. Y es que los edificios y los instrumentos técnicos cambian, pero la vocación y dedicación que entraña la práctica de la medicina permanecen. Así lo puso de relieve el consejero de Sanidad del Gobierno del Principado, Faustino Blanco, quien animó a los jóvenes egresados a sacar el máximo partido de los recursos escasos que deja la crisis. "Habéis elegido una profesión apasionante y tenéis una obligación con la sociedad; aunque haya recortes, uno tiene que poner ilusión", dijo. Blanco se negó a transmitir mensajes negativos, aunque sin ocultar su preocupación por los Presupuestos autonómicos para 2015. "Desde la crisis quiero transmitir esperanza, porque ante todo soy un médico con 36 años de carrera a la espalda, que no estoy en el sillón huyendo de la medicina", señaló.

El rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor, alentó a los nuevos médicos -que tras completar seis años de carrera tienen por delante un año de preparación del MIR y otros cinco años de formación como médicos residentes- a adaptarse a los cambios que exige una sociedad en evolución. El máximo responsable académico reconoció que hubiese preferido un traslado completo de los estudios de Ciencias de la Salud al nuevo HUCA, donde desde el inicio de este curso se forman los alumnos de algunos cursos, mientras que el resto permanece en campus del Cristo. "Es un momento de tránsito complicado y lo bueno es que ahora tenemos la oportunidad de aprovechar ese contacto directo entre los alumnos y la práctica hospitalaria, que se da en el nuevo hospital", aseguró.

El rector señaló también que la institución cumple con la misión de formar a los mejores profesionales y recalcó a los ya exalumnos que la Universidad de Oviedo siempre tendrá las puertas abiertas para ellos. "Siempre será vuestra casa", dijo, con tono emotivo.

Y con una visión divertida y algo ácida de la vida universitaria, Santiago Arbesú Sirvent, de San Martín del Rey Aurelio, y la leonesa Alba María González realizaron, en nombre de sus compañeros, un repaso a los años pasados en la Facultad, con felicitaciones cargadas de ironía a los "profesores que no discriminan y no te miran por encima del hombro". O críticas a la compleja terminología médica, repleta de metáforas y conceptos, a su juicio, difíciles de entender por los pacientes. De parte de los licenciados en Odontología intervino el gijonés Juan Dopico, quien resaltó el duro panorama que tienen por delante e incluso recordó que ayer se cumplían 80 años de la muerte del premio Nobel Santiago Ramón y Cajal. En la mesa presidencial también se sentaron el responsable de estudios de Odontología, Javier González Tuñón, y el traumatólogo Alejandro Braña, presidente del Colegio de Médicos de Asturias.