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Pablo contra Pablo

Iglesias desata la primera crisis en el seno de Podemos al tratar de reforzar su liderazgo frente al modelo asambleario original por el que apuesta Echenique

El nacimiento de un partido de masas (las encuestas lo sitúan como tercera fuerza política de España) es un fenómeno tan extraordinario como un elefante albino. Esta semana, el parto de Podemos entra en su recta final, con más de 150.000 electores llamados a votar el modelo de partido, y parece que las cosas se van a hacer sin anestesia. Un sector de este movimiento acusa a Pablo Iglesias, el carismático líder televisivo de la formación, de manipular la votación para garantizarse el liderazgo. El gran círculo de Podemos amenaza con doblarse.

Iglesias se ha dejado de paños calientes: o le dan el timón, o lo deja. Para sorpresa de muchos, la cara más visible de Podemos ha echado otro nuevo órdago a las bases, pues no sólo dejará la organización si no le dan su respaldo, además no podrán votar por separado cada una de sus propuestas (organizativa, ética y política), sino que deberán apoyarlas o rechazarlas en bloque. Los críticos cargan contra esa modificación que se introdujo a última hora de la asamblea del domingo para forzar una votación en bloque, que beneficiaría a Iglesias.

Esta actuación ha sembrado el malestar en un sector de los círculos de Podemos y ha generado la primera crisis en el seno de esta organización que aún está naciendo. Frente a Iglesias, se sitúa el también eurodiputado Pablo Echenique, que defiende un modelo de dirección colegiada, con tres portavoces y sin secretario general, una forma de contrarrestar el protagonismo adquirido por Iglesias en un movimiento que se define como asambleario.

La tensión que ahora se ha desatado entre los dos modelos (el más personalista de Iglesias, el más asambleario de Echenique) estaba ya en la semilla de la propia formación, que nace de dos fenómenos distintos: un grupo de profesores universitarios expertos en ciencias políticas (el propio Iglesias y los teóricos que forman su equipo: Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa, Íñigo Errejón y Luis Alegre), y los activistas que despertaron a la política a través del movimiento indignado del 15-M, y que posteriormente se curtieron en organizaciones nacidas al margen de los partidos.

Los favorables a la propuesta de Iglesias, entre ellos la eurodiputada avilesina Tania González (el resto de los eurodiputados se ha alineado con Echenique) defienden que no hay contradicción entre el sistema de organización que promueven y la participación de las bases, ya que cualquier cargo de la formación será revocable si así lo piden los militantes, y cualquier propuesta que coseche 250 apoyos será debatida (en la plataforma online de la formación) y si cosecha apoyos, sometida a referéndum. "Todo está siendo completamente democrático y transparente, no ha habido un proceso similar en ninguna otra fuerza política del país", defiende Tania González.

Otro asturiano que está participando en el proceso de creación de Podemos, Daniel Ripa, integrante del equipo organizador de la asamblea general celebrada el pasado fin de semana en Madrid, y que aún no se ha alineado con ninguna de las dos propuestas, destaca que al abrir la participación en Podemos más allá de los "círculos" de base (las asambleas locales o sectoriales) "se da la oportunidad de participar en política a personas interesadas, pero que no tienen tiempo o ganas de implicarse más allá".

Esa apertura a una amplia base social, más allá de los activistas más motivados, parece darle bazas a Iglesias, un personaje crecido en las tertulias televisivas, con carisma popular. El experimento, que se apoya además en la red para su funcionamiento, está en marcha.

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