1. Santa María del Naranco

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985, ordenó su construcción el rey Ramiro I allá por el año 848 como pabellón real, junto con la cercana capilla de San Miguel. Se señala que un corrimiento de tierra destruyó parte de la iglesia y se trasladó el altar hasta Santa María colocándolo en el mirador oeste.

2. Santiago de Gobiendes

Gobiendes surge a finales del siglo IX, período ya muy postrero de la Monarquía asturiana, pero la fecha concreta del nacimiento de Gobiendes sigue siendo un misterio. Otra restauración anterior, en el XVIII, convirtió el ábside en un espacio amplio y abovedado, que deja espacio para el culto, pero que tiene que ver más bien poco con las proporciones del arte asturiano. Es ya inevitable. Gobiendes es una iglesia llena de encanto, pero es quizá la menos prerrománica de las clásicas.

La iglesia es monumento nacional desde 1931.

3. San Pedro de Nora

Esta iglesia está ubicada en el margen derecho del río Nora, en Las Regueras. Este templo fue edificado por orden del rey Alfonso II el Casto. Durante la Guerra Civil fue incendiada y destruida. En los años 50, finalizó su reconstrucción. Consta de tres capillas abovedadas y una cámara secreta sobre la mayor.

4. San Miguel de Lillo

La otra joya del Prerrománico en el monte Naranco en Oviedo, también fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985 Dicen los estudiosos que del edificio original queda solo la tercera parte, es decir, el vestíbulo y el comienzo de las tres naves. Esta iglesia fue capilla real y por eso está a sólo 200 metros de Santa María del Naranco. Entre algunos de sus muchos puntos de interés, destacan la originalidad de su decoración escultórica, donde se representan algunos animales, figuras humanas y elementos geométricos, además de las escenas talladas en las jambas de la puerta de la entrada.

5. Santa Cristina de Lena

La iglesia de Santa Cristina de Lena, la joya del prerrománico en las Cuencas. Su construcción data del año 852, bajo el reinado de Ramiro I.

Se encuentra en una colina, en Palacio de Felgueras. Cuenta con acceso rodado hasta la falda y el camino hasta la puerta del templo no tiene dificultades: basta con un paseo de menos de quinientos metros por un sendero con poco desnivel. El monumento lenense es la iglesia prerrománica asturiano mejor conservada, según un estudio elaborado por expertos de la Universidad de Oviedo. La Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad en 1985.

6. San Julián de los Prados

Esta iglesia, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1998. fue construida en el siglo IX, bajo el reinado del Alfonso II. Destacan los capiteles de mármol y la iconografía de las pinturas al fresco.

7. Santo Adriano de Tuñón

Un singular y sencillo templo prerrománico del siglo IX, situado a 23 kilómetros de Oviedo, en cuya capilla mayor aún se pueden contemplar las primeras pinturas mozárabes que se conservan en España. Santo Adriano supone un interesante ejemplo de promoción regia, ya que fue levantado sobre el primitivo monasterio benedictino gracias a las donaciones del rey Alfonso III el Magno, último rey de la monarquía astur, y su esposa Jimena en 891. Su exterior, de aspecto rústico y pobre realizado de mampostería, sillarejo y sillar, su sencillez y depuración de formas, nada exultante, resulta, sin embargo, de una tremenda grandeza monumental, a caballo entre las pobres construcciones campesinas y las grandes construcciones de carácter palatino.

No debió resultar sencillo a los monjes benedictinos acceder a estas estribaciones de las montañas del Aramo, en el concejo de Santo Adriano, pero llegaron -antes lo habían hecho los romanos- y habitaron un monasterio en la época de la monarquía astur. De aquel cenobio se conserva la iglesia, quizás uno de los templos asturianos menos conocidos y visitados, incluso a veces tildado de menor y decadente. Sin embargo resulta excepcional en este templo la complejidad de fases históricas que se le han ido superponiendo al original prerrománico con características mozárabes. En 1407 fue nuevamente consagrada en una época en que la actividad monástica alcanzó un momento floreciente y las posesiones del monasterio fueron incorporadas a Oviedo por el obispo, a cambio de ceder a los abades del monasterio un sitio preferente en la catedral de Oviedo. Con la desamortización de Mendizábal, en tiempos de Isabel II, perdió sus privilegios. Durante los siglos XVII y XVIII se le añadió una cabecera barroca rematada por una espadaña, que vino a prolongar varios metros la nave central, lo que hace perder a la iglesia su original aspecto basilical, alargándose. La sacristía, situada en el lateral derecho, también data de esa época barroca. En 1954 la techumbre de madera, a dos aguas, fue reconstruido por Luis Menéndez Pidal.

El templo, dedicado a los mártires Adriano y su esposa Natalia, declarado monumento nacional el 4 de junio de 1931, puede ver que la mano del hombre también viene en su ayuda.

8. Santianes de Pravia

La iglesia fue construida en el siglo VIII, entre el 774 y el 783 por orden del rey Silo de Asturias. La iglesia aún se mantiene en pie, con alteraciones, pero conservando elementos de su fábrica original. Una inscripción laberíntica, que desde una "S" central repetía innumerables veces la frase "Silo princeps fecit" (El príncipe Silo la fabricó), recogía el hecho. No muy lejos de esta iglesia, según noticia que da Antonio Juan de Bances y Valdés, en 1806, se "encuentran cimientos y otros vestigios de grandes edificios... Todos dicen fueron aquí los Palacios del rey Silo".

En este templo, según diversos autores, han recibido sepultura el rey Silo, Adosina, reina consorte de Asturias y el también monarca Mauregato de Asturias.

9. San Salvador de Valdediós

En un principio la construcción de esta iglesia se remontaba a tiempos del rey Alfonso, en el año 892. No obstante, recientes investigaciones han señalado que esta basílica de Villaviciosa pudo levantarse entre los siglos IV y VI (hasta ahora se situaba a finales del siglo IX) .

10. San Andrés de Bedriñana

San Andrés de Bedriñana, templo de una sola nave con dos capillas añadidas, ha visto confirmada su fundación altomedieval. Los elementos prerrománicos son muy numerosos pero estaban enmascarados por las sucesivas ampliaciones.

La iglesia ha ganado en sencillez. Se liberó la portada, acercándola en el tiempo a sus orígenes. Se conservó la espadaña con su campanario.