Mercedes Fernández tira de audacia para argumentar el pacto que acaba de alcanzar con el Gobierno socialista con el objetivo de que Asturias tenga presupuesto en 2015. La presidenta de los populares asturianos reconoce que cuando regresó a la política, hace ahora tres años, lo hizo con el chip cambiado. "Tiempos nuevos y problemas diferentes que requieren respuestas innovadoras", es el lema acuñado por Mercedes Fernández para argumentar decisiones que ni siquiera se hubiera imaginado cinco años atrás. Es consciente de que asume un riesgo, con las elecciones autonómicas a medio año vista, pero se muestra optimista y, sobre todo, convencida, de que los asturianos sabrán valorar el esfuerzo del PP "en aras del interés general".

-Usted inició la legislatura sentándose a negociar con Francisco Álvarez-Cascos y la acaba con un pacto presupuestario inédito con el Gobierno socialista ¿Qué ha pasado en Asturias para propiciar un escenario tan distinto?

-Al principio de la legislatura la relación de fuerzas obligaba a todos los grupos parlamentarios a establecer conversaciones. Tuve pronto la sensación de que IU y el grupo de Rosa Díaz tenían muy decantado su apoyo al candidato socialista, Javier Fernández. A partir de ahí no había aritmética suficiente para proceder a la investidura y eso que nosotros dudamos si presentar nuestra candidatura. Siempre tengo presente que las 45 nóminas que pagan cada mes los asturianos a los diputados deben servir para que les devolvamos algo a cambio. Los políticos debemos dar respuestas.

-¿Por qué ahora sí hay acuerdo y el año pasado no?

-El año pasado intentamos un acuerdo y lanzamos una serie de planteamientos que el PSOE desechó con una rapidez inusitada para un Gobierno que tenía el apoyo de 17 diputados en una Cámara de 45. Este año hemos tenido un comportamiento idéntico. Nos parecía de justicia que Asturias pueda beneficiarse de la rebaja de impuestos del Estado y también en el ámbito autonómico. Si la reforma fiscal Montoro-Rajoy no tenía continuidad en el tramo autonómico se penalizaba una vez más a las clases medias y a las rentas con menos recursos. No se podía mantener, sin variación, un sistema fiscal alto, injusto y que no nos conviene.

-¿Cómo explica un pacto presupuestario con un partido que defiende un modelo fiscal opuesto al del PP?

-Nos gustaría que los presupuestos fueran más expansivos, con más inversión, pero las costuras del traje reventaron y tenemos que hacer política de forma diferente. No son nuestros presupuestos ni convalidamos muchos de sus gastos. Nos costó muchísimo esfuerzo que el Partido Socialista se aviniese a rebajar el recargo del IRPF.

-¿Está preparada para encajar las críticas del resto de la oposición?

-Seguramente nos traerá complicaciones en el parlamento asturiano pero no nos preocupa demasiado. En la calle se oyen voces muy distintas a las de Cámara.

-¿Cree que los ciudadanos respaldan este pacto?

-Los asturianos, en general, creen que tener un presupuesto es bueno y quieren tenerlo como el resto de autonomías. Es un intangible, da seguridad y fiabilidad en tiempos complicados. Es bueno emitir señales de estabilidad y no de inquietud, alarma y zozobra. En el verano empecé a darle vueltas, llevo unos meses preguntando y la respuesta inmensamente mayoritaria ha sido "sí, sin duda" porque ayuda y da respuestas a mucha gente.

-¿Qué hubiera dicho si hace cinco años le apuestan que va pactar un presupuesto regional con el PSOE?

-Pues seguramente hubiera dicho que no. Pero hay que contextualizar esta decisión. ¡La situación es tan diferente! El milenio cambió ahora no en el año 2000. Si los que estamos en política no sabemos interpretar adecuadamente lo que está pasando, debemos marchar para casa. Con respuestas de antaño y los viejos clichés no se resuelve el presente ni el futuro. Toca hacer un esfuerzo inmenso por innovar, analizar la situación social y, en tercer lugar, arriesgarse y comprometerse.

-¿Cuáles han sido las claves para que esta negociación fructificara?

-El Gobierno debía tener claro que Asturias necesitaba un presupuesto, y eso mueve voluntades. El PP lo tenía claro. Casi todo el mundo coincide en que era malo que Asturias no tuviera presupuesto. Por eso queríamos hacer todo lo posible para intentar un acuerdo pero al empezar la negociación no había la certeza de que iba a concluir con un pacto. Si no hubiera habido una aproximación en la fiscalidad y en las bonificaciones fiscales, el acuerdo habría sido inviable.

-¿La química entre usted y su interlocutora, la consejera de Hacienda, ha ayudado al acuerdo?

-Ser responsable de Hacienda en esta situación económica es un papel muy difícil. Siempre elogiamos su compromiso con la estabilidad presupuestaria y, a partir de ahí, hablando se entiende la gente. Hemos hablado muchas horas pero no se trata de un acuerdo personal, Yo fui a cerrar la negociación con un mandato del comité ejecutivo regional.

-Esta vez no se oyeron más voces que la suya desde las filas del PP. ¿Le molestó que Gabino de Lorenzo reclamara el presupuesto hace un año?

-Soy muy respetuosa con las competencias de cada uno. A mí no se me ocurriría salir en público a darle recetas de éxito al Delegado del Gobierno que, por cierto, hace una muy buena labor, discreta pero muy eficaz. Él, entonces, decidió opinar de las tareas del ámbito parlamentario asturiano pero ya pasó muchísimo tiempo de eso.

-El PP lleva toda la legislatura reivindicando la rebaja de impuestos. ¿Es suficiente esa reducción parcial de dos puntos en el IRPF?

-La reducción se concreta tanto en el primer tramo como en los dos intermedios. Se deja de penalizar a la franja media de la sociedad asturiana con un pago tan exagerado de impuestos y también era importante incorporar bonificaciones que existían en otras autonomías, sobre escuelas infantiles y libros, con buenos resultados para las clases medias y las familias con menos recursos.

-Otro mantra del PP ha sido el sector público regional. ¿Lo ve ahora menos mastodóntico?

-No. Es igual de mastodóntico. Es verdad que ahí estribó buena parte de las conversaciones. Tenemos una opinión absolutamente diferenciada del PSOE pero, de momento, no gobernamos. El bosque que dejó el arecismo de empresas, fundaciones y organismos consume demasiados recursos. Y quede claro que al hablar del sector público no me refiero a la educación y la sanidad.

-¿Que haya presupuesto deja más cerca el Contrato programa con la Universidad?

-Sin lugar a dudas está más cerca de materializarse. Estaremos vigilantes de que el presidente Javier Fernández cumpla el compromiso y la Universidad tenga su contrato programa antes de acabar el año. No hay ninguna razón, sin querer quitar nada a nadie, para que la televisión pública tenga un contrato programa y la Universidad no disponga de ese marco financiero.

-¿Con el acuerdo presupuestario dan oxígeno a un Gobierno incómodo con casos como el del sindicalista José Ángel Fernández Villa o la dimisión de Esther Díaz?

-No planteamos el acuerdo en clave de gobierno ni en clave personal de Javier Fernández sino en clave de sociedad. El balón de oxígeno se lo damos a Asturias. El PSOE son nuestros competidores y aspiramos a darles el relevo. Nosotros aspiramos a gestionar el segundo semestre de este presupuesto.

-¿No teme que este acuerdo suponga un lastre electoral?

-No lo creo. Hemos roto moldes. El PP ha hecho todo menos un cálculo electoral. Nos pareció que merecía la pena, que era bueno para Asturias y que, explicándolo bien, los asturianos aprecian que en un año electoral, hayamos propiciado un acuerdo. No quiero que el PP asturiano compita en el guirigay del no más alto.

-¿Sin Podemos a la vuelta de la esquina este pacto hubiera sido imposible?

-Para el PP lo que puede a la hora de llegar a un acuerdo es la situación de Asturias. Nuestra posición no está mediatizada por el fenómeno Podemos.

-¿Da por terminada la travesía del desierto del PP asturiano?

-Nos pasaron cosas muy inesperadas, terribles y de las que cuesta recuperarse. Pero soy optimista porque la gente tiene mucho sentido común y cuando les dicen varias cosas que no suceden, saca conclusiones. Aquí se dijo que Mercedes Fernández no iba a tomar posesión como diputada regional porque le gustaba mucho ser diputada nacional. ¡Clinc, campana! También dijeron que Foro iba a formar grupo propio en el Congreso; pues un diputado y por los pelos. ¡Campana otra vez! Y afirmaron que iban a ser el partido más votado en las europeas en Asturias pero 15.000 votos que se convirtieron en nada. El engaño sistemático y las mentiras muy bien contadas pueden tener un cierto recorrido pero son mentiras. Aquella historia de la transversalidad fue una buena ocurrencia, pero fue eso, una ocurrencia.

-¿Cómo va la pugna con Foro?

-Eso está bastante despejado.