La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La comunidad astur-cubana elogia a Obama, pero teme la respuesta republicana

Patricia G. Menoyo, hija del fallecido líder de la oposición castrista: "La intervención del Papa, fundamental"

Antonio Sabino.

"Esto es lo mejor que nos podía pasar; esto es lo mejor del mundo". Babi Marín, presidenta de la asociación "Cien x cien cubano", de la que forman parte unos 700 ciudadanos afincados en Asturias con orígenes en la isla caribeña, acogió con entusiasmo la noticia del restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre su país y los Estados Unidos (EE UU). Se trata, a su juicio, de un "gran avance" que "significa mucho para nuestro pueblo " y que llega gracias, en muy buena medida, a la "actitud valiente" demostrada por Barack Obama. Marín está convencida de que este proceso no tiene marcha atrás desde la vertiente cubana, pero duda de que también sea así desde la norteamericana. "La ruptura del bloqueo no está muy bien vista en determinados sectores de EE UU, así que habrá que esperar a ver qué sucede", afirma en clara alusión a las reticencias mostradas por los republicanos.

"Vamos a poder respirar tras tantos años bajo ese bloqueo", subraya Babi Marín, que espera una mejora casi inmediata de la economía de la isla. Además, anuncia ya que la colonia cubana en España prepara una gran concentración en Madrid para enero con el objetivo de mostrar su respaldo al proceso. Habrá presencia notable asturcubana, avanza.

Armando Ramírez, físico nuclear cubano, residente en Asturias desde 1992, reconoce que ya estaba "casi defraudado" de tanto abrir periódicos y no encontrar la noticia que por fin abrió las ediciones de ayer en todo el mundo. Él, que nació en Cuba, que estudió en la antigua URSS y se doctoró en Oviedo, que nunca se imaginó viviendo fuera de la isla y lleva 22 años en España, celebra el "gesto de valentía" del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. El atisbo de restablecimiento de las relaciones con Cuba "era algo que esperaba de él". Cuando ganó las elecciones pensó "que era el momento", que el nuevo presidente daba el perfil de desatascador del problema cubano, pero había llegado a inquietarse al ver que avanzaba su segunda legislatura y no movía pieza en el Caribe. Ahora que sí, Armando Ramírez se toma la noticia "con mucha alegría. Era el último eslabón que quedaba de la guerra fría" y urgía normalizar el vínculo, "muy intenso", que pese a todo siempre ha existido entre las dos naciones. "No existían relaciones diplomáticas, pero sí movimiento de seres humanos, de personas y familias". La conversación telefónica entre Obama y Raúl Castro le alegra por lo que tiene de prueba de que "hablar y oír razones es la única manera de resolver los problemas" y da por sentado que "desde el punto de vista humano es un paso muy importante".

Han tenido que llover 53 años de embargo económico, y a la pregunta de si la conversación telefónica entre presidentes llega tarde, Ramírez responde que "tal vez el tiempo que ha pasado era necesario para que sean las nuevas generaciones las que aborden este proceso y las que permitan que se realice desde una perspectiva de cambio". A su juicio, "EEUU ha madurado su prepotencia después de algunas cosas que les han pasado y algunos errores que han cometido". Y tal vez el diálogo no era posible ni desde la vieja postura de superioridad estadounidense "ni desde la que tenía una generación anterior cubana a la que lee costaba mucho trabajo aceptar un acercamiento a EEUU", afirma.

Para que se le entienda, y para que se vea lo difícil que ha sido llegar hasta aquí, Ramírez recuerda una conversación que mantuvo con Mijail Gorbachov, último líder de la Unión Soviética, después de visitar Cuba. "Él contaba que al plantearle el tema cubano a Bill Clinton -entonces presidente de EEUU- éste cambió de conversación, lo que en términos diplomáticos quiere decir que no quería hablar". Cuando Gorbachov insistió, Clinton zanjó el debate asegurando que aquél "era un problema interno de Estados Unidos y que ellos no se metían en los asuntos internos de la URSS. Siempre me quedé con aquello", rememora el científico.

Ahora, muchas décadas después, aquella vieja frialdad empieza a caldearse, pero conviene imponer, matiza Ramírez, un freno para la "euforia desmedida". La disposición al derribo de muros diplomáticos sirve, pero Obama necesita el apoyo de una cámara legislativa dominada por los republicanos, que ya se han opuesto, y ahora "van a empezar a moverse intereses políticos".

Desde la óptica empresarial de sus vínculos comerciales con el país caribeño, el empresario avilesino Antonio Sabino comparte el júbilo de los cubanos residentes en Asturias. También él reconoce "la postura valiente de Obama" y vaticina que si todo se sustancia en un derribo total del bloqueo, la Cuba resultante "será beneficiosa para el pueblo cubano" y permitirá al país caminar hacia "un mercado más abierto y libre". El expresidente de la Cámara de Comercio de Avilés, con negocios en la isla desde los noventa, aplaude la mediación del Vaticano y sólo deja ver un cierto resquemor al comprobar que el otro país clave en la negociación haya sido Canadá, y no España. "Con lo que nos aprecian en Cuba a los españoles", apunta, "es una pena que no hayamos asumido más protagonismo en las gestiones diplomáticas que han conducido al acuerdo".

Compartir el artículo

stats