La enorme dificultad que representa una ladera inestable de las inmediaciones de Campomanes está obligando al Ministerio de Fomento a echar el resto para evitar nuevos retrasos en la variante de Pajares, cuya entrada en servicio se prevé ahora para el segundo semestre del año que viene. Con el problema de las filtraciones de agua al interior de los túneles ya controlado, tras un gasto que ronda los 250 millones de euros, el Consejo de Ministros dará luz verde en su reunión de hoy a una inversión adicional de 19,7 millones de euros para tratar de contener los deslizamientos en un talud, conocido popularmente como el Argayón, cuya complejidad ya obligó a desviar el trazado inicialmente previsto para la autopista del Huerna y a construir el viaducto con el que arranca esta vía desde la vertiente asturiana. A juicio de los expertos, se trata del único "punto crítico" que queda en las obras del nuevo acceso ferroviario a la región, iniciadas hace una década.

Un geólogo que ha estudiado bien el terreno y que tiene una amplia experiencia en obras ferroviarias asegura que contener esta ladera es una actuación "muy complicada" que obliga a actuar en tres niveles: en la parte superior del trazado, en el surco de las vías y al nivel del río Lena. Además, a su juicio, el problema se agrava porque en la zona afectada está previsto y pendiente de construcción uno de los puntos de adelantamiento y estacionamiento de trenes del nuevo itinerario entre Pola de Lena y la localidad leonesa de La Robla.

Los graves problemas de inestabilidad de la ladera del Argayón no sorprenden a los vecinos que conocen el topónimo. Tampoco a los técnicos más experimentados. Y es que en los estudios que realizó Renfe para la Variante a principios de los años ochenta del pasado siglo, bajo la presidencia del asturiano Alejandro Rebollo, ya se alertaba de la especial complejidad de este enclave. Un especialista en el diseño de corredores ferroviarios, que conoce perfectamente los planes pasados y presentes para Pajares, considera un grave error que se diseñase el trazado por esa zona. "Lo que se tendría que haber planteado es bajar la rasante y sortear la zona conflictiva con un paso subterráneo que, a la larga, hubiera resultado más barato, ya que los gastos de mantenimiento van a ser elevados".

Este experto recomienda a Fomento que huya de las "prisas políticas" de la inauguración. "Estamos ante una obra complicada y lo realmente importante ahora es que se haga de forma correcta, y no que la Variante abra al tráfico unos meses antes o unos meses después", subraya el especialista.