Cuatro folios ponen punto final a 34 años de militancia y liderazgo de José Ángel Fernández Villa en UGT y, en particular, en el SOMA, la organización que dirigió y desde la que controló también la vida política de Asturias. Una resolución de la comisión de garantías federal del sindicato, con fecha del pasado martes, 16 de diciembre, expulsa de forma definitiva a Villa por "los graves prejuicios" causados al acogerse a la amnistía fiscal para blanquear los 1,4 millones de su fortuna oculta y que se consideran "hechos muy graves que perjudican notablemente al sindicato". UGT afirma que "no puede ni debe analizar" la procedencia del dinero, que está "en manos de la Fiscalía Anticorrupción". También se destaca que "ni el demandado ni nadie en su representación explicó su parecer sobre los hechos denunciados".

La decisión se adopta al aplicar el artículo 62 de los estatutos federales de FITAG-UGT, federación en la que se integra el SOMA, que textualmente indica: "Podrán ser objeto de sanción los afiliados y dirigentes cuando incurran en actos o conductas contrarias a sus deberes y obligaciones y, especialmente, cuando se observe mala conducta cívica o ética contraria a los principios que inspiran a la UGT".

El sindicato considera muy grave que José Ángel Fernández Villa se haya acogido a la amnistía fiscal "que beneficiaba a los defraudadores y perjudicaba a los ciudadanos", según las críticas vertidas desde la Unión General de Trabajadores, y añade que tal conducta "va en contra de cualquier comportamiento cívico y ético". La resolución de expulsión de Villa recoge incluso una cita de Pablo Iglesias, fundador de UGT y del PSOE, sobre cómo deben ser los dirigentes socialistas, como aval moral: "No pueden ser madera de vividores que engañan a los suyos; por el contrario, deben ser hombres incorruptibles, hombres que han de dar ejemplo a los suyos de cómo han de cumplir en la lucha".