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ROBERTO SEGURA | Presidente de Asturianos en Bruselas (Asbru)

"Hay que trabajar en conjunto y con otra mentalidad, en Asturias y en España"

"La victoria de Syriza ha provocado escepticismo entre la gente de a pie, eso es lo que hace que no haya temor"

Roberto Segura, en Bruselas.

Roberto Segura es el nuevo presidente de Asturianos en Bruselas (Asbru), que recupera la actividad tras un parón de año y medio. Junto a la empresaria asturiana Laura García, como vicepresidenta del colectivo, ya prepara un gran encuentro astur en la capital belga.

-¿Por qué la asociación cesó en su actividad, si era intensa y reconocida?

-Asbru tuvo mucha actividad entre 2005 y 2013, realizando numerosas actividades culturales y de promoción de Asturias, desde jornadas gastronómicas hasta conferencias con escritores de origen asturiano, ciclos de cortometrajes e incluso jornadas de cómic en asturiano. De aquí salió Compromiso Asturias XXI, por eso muchos tenemos doble militancia. También organizábamos encuentros o fiestas de manera periódica para cohesionar a la colonia asturiana en Bruselas. El próximo 20 de febrero tendremos el primero de este retorno. Será en el Munchy's bar, que es español. Calculamos una participación de unos 200 asturianos, y repartiremos pins con la bandera de Asturias, para hacer patria.

-Asbru fue fruto de la famosa "leyenda urbana".

-Sí. Cuando Areces dijo que éramos una leyenda urbana nos pareció fatal. Por eso surgió primero Asma (Asturianos en Madrid) y luego, nosotros. Ahora esto ya tiene matices, porque la composición de los que estamos fuera de Asturias ya es heterogénea. Muchos se vienen voluntariamente por motivos de trabajo, porque los desplazan sus empresas o porque quieren trabajar aquí y logran un puesto en la Unión Europea. Son pocos los que vienen a buscarse la vida, como ocurría antes, porque el Estado belga les expulsa si a los tres meses no están trabajando. El año pasado fueron expulsados unos 300 españoles.

-¿Cuál es el perfil medio de los asturianos que están en Bruselas?

-El de una persona que viene cuando acaba sus estudios en España y hasta los 35 o los 40 años; son funcionarios o vienen para representar a su empresa.

-¿Cómo ven los asturianos su región desde la lejanía?

-Pues quizá lo más destacado es esa sensación de que si trabajásemos todos juntos con unos objetivos claros podríamos tener lo que otros tienen. Hemos perdido vuelos directos, la autopista del mar... En algunas cuestiones el Principado tiene poco que hacer y en otras podría hacer más, pero, si se pensase y se actuase por el bien común, no se tendría la sensación de que por culpa de todos no podemos tener lo que tienen los demás. Hay que trabajar en conjunto y con otra mentalidad, en Asturias y en España.

-¿Puede poner un ejemplo?

-La Asamblea Nacional francesa aprobó reducir el número de regiones aplicando un pragmatismo económico que provoca envidia. El argumento de François Hollande fue que hay que tener una escala mayor para competir en la UE. Ya sé que las comunidades autónomas en España son distintas y que tienen su componente sentimental, pero éste es un ejemplo. Estamos en un momento de cambio y esperemos que sea para mejor, porque lo que ha sido ésta legislatura...

-¿Ha sido mala?

-Entendemos que no hay dinero, que no hay recursos. Pero, mire, lo primero que hizo el partido de Cascos cuando formó Gobierno en Asturias fue cerrar la Casa de Asturias en Bruselas, sin contar con nadie y sin tener en cuenta a todos los que estamos aquí. Cosas así indignan. En Asturias parece que vamos a seguir sin dinero y, además, la fragmentación política que se perfila tampoco ayuda a pensar que vaya a haber mucha mejoría. Y además se está jugando al embrollo, a despistar.

-¿Cómo se ven las próximas elecciones desde la emigración?

-Vemos una situación convulsa y estamos todos expectantes.

-¿Creen que se puede repetir en España lo que ha ocurrido en Grecia? ¿Cómo se ha vivido en Bruselas el triunfo de Syriza?

-El domingo por la noche estaba zapeando de cadena en cadena siguiendo las elecciones griegas. Los analistas que entrevistaban en BBC, Euronews, France24 y LCI, todos mencionaron España, aunque fuese de pasada, para decir aquello del "riesgo de contagio a otros países". Y por la mañana, creo que había dos categorías de reacciones: la gente de a pie, más bien escéptica sobre lo que pueda llevar a cabo el nuevo Gobierno griego, y los líderes políticos, belgas y de la Unión, que envían discretos avisos a Tsipras para que sea cuidadoso en sus actuaciones y declaraciones, no vaya a ser que se meta en un jardín del que no pueda salir. Me parece que ese escepticismo que domina en el ciudadano es el que hace que no haya temor, yo desde luego no lo percibo.

-Dice usted que se está jugando al embrollo. ¿A qué se refiere?

-Le voy a poner un ejemplo. Para poder votar aquí en las próximas elecciones hay que inscribirse en el censo de residentes en el Consulado. Pues aquí estaba extendido que si no se estaba apuntado antes del 31 de diciembre, no se podía votar y que había que hacerlo por correo. Yo lo pregunté y no era cierto. Parece ser que extendió el bulo una organización que se llama "Marea Granate" (se autodefine como un movimiento transnacional integrado por emigrantes españoles y simpatizantes, cuyo objetivo "es luchar contra las causas y quienes han provocado la crisis económica y social que nos obliga a emigrar", según consta en su web).

-¿Con qué intención?

-Pues no lo sé, quizás con la de que la gente no vaya a inscribirse y no vote, o provocar confusión.

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