El dominico Basilio Cosmen (Leitariegos, 1932) culmina sus "Memorias" evocando su paso por Oviedo, Corias, Puerto Rico y Caleruega.

Representante de Terry. "A los alumnos del colegio de Oviedo procurábamos darles mucha libertad religiosa, sin imponerles nada, pero siempre se les orientaba lo más posible. Fuera del colegio tuve poca relación con la ciudad. Sí salía a ver a mis familiares, por ejemplo, a mi padrino Basilio González Cosmen, que me parecía muy famoso porque era el representante del coñac Terry y hacía muchas promociones, y hasta había un trofeo Terry de fútbol. Y mi hermano Pepe ya se dedicaba a la empresa, cogiendo la línea de mi padre, Cangas-Villablino, y ampliándola a otros pueblos como Cerredo o a la línea por Somiedo hasta Oviedo. También hubo alguna línea en Grado y comenzaron las relaciones con Alsa, que era de unas familias de Luarca. Y llegó un momento en el que al ver que mi hermano era muy creativo y muy motivador se fusionaron y empezó a trabajar en Alsa. Creo recordar que en mi último año en Oviedo coincidí con el padre Valdés, un dominico destacado, de categoría, entregado, orientador, un hombre que sabe transmitir ideales y que ha hecho al equipo de hockey varias veces campeón de España".

Instituto Laboral. "En un momento dado se inaugura la Virgen del Camino como Escuela Apostólica de los Dominicos y Corias queda vacío. Pero hubo la idea de crear allí el Instituto Laboral y allá me fui destinado al cabo de unos años. Era muy interesante porque se trataba de dar el Bachillerato y además había talleres de electricidad, de madera y de metal. De allí salían los muchachos haciendo torno, fresa, trabajos en madera o manejando la electricidad. El instituto se hizo con el apoyo de la Diputación y en principio la Formación Profesional iba a ser en agricultura, pero resultó que la mayoría de los estudiante (unos 500, becarios casi todos) venía de las cuencas mineras y les interesaba más la electromecánica. Como la mayoría eran internos, se hacia una amistad con ellos tremenda, y en Corias, como en Oviedo, tenemos todos los años una reunión de antiguos alumnos. También sucedía que muchos alumnos de Corias pasaban después a la Universidad y hubo varios que estudiaron Medicina o Ingeniería. En Corias fui prior nueve años, en periodos de tres y elegido por los frailes de la comunidad".

Parroquia de Yauco. "Termino en Corias el curso 1972-1973 y el superior provincial me pregunta: '¿Tu madre te necesita?' (mi padre había muerto ya). 'Creo que está bien atendida por sus hermanas'. 'Entonces te necesito para ir a Puerto Rico'. Los dominicos holandeses trabajaban allí desde comienzos de siglo, pero Holanda entró en crisis de vocaciones mucho antes que los demás países y tuvieron que volver. Entonces es cuando se pide ayuda a España y llego allí en enero de 1973, a la parroquia de un pueblo grande llamado Yauco, en un municipio de unos 100 kilómetro cuadrados y de montaña, muy parecido a Asturias, con mucho verde. También había mucho café, por la altura, y valles en los que había capillas que dependían de la parroquia. El nivel económico de Puerto Rico no tiene nada que ver con Iberoamérica, porque al ser un Estado libre asociado de Estados Unidos recibe muchas ayudas. A las personas más pobres les llega lo que ellos llaman el "mantengo", un cheque de Estados Unidos. Nos juntamos en la parroquia hasta nueve españoles, todos relativamente jóvenes, y si el recuerdo de todo lo anterior que hice es maravilloso, el trabajo en Puerto Rico fue extraordinario, con un grupo de jóvenes fantásticos y que ahora, cuando alguna vez voy a verles, ya son abuelos. Unos de los detalles que más nos ayudó a conocer a la gente eran los bautizos. Los había todos los domingos, porque allí hay un proliferación grande, y el hecho de tomar nota en la ficha de bautismo de quiénes eran los padres, los padrinos, los abuelos... nos daba la oportunidad de una comunicación tremenda con la gente".

Movimiento Juan XXIII. "Teníamos retiros de matrimonios y de jóvenes, y en mis últimos años se creó el movimiento de Cursillos de Cristiandad, con la flor y nata de los feligreses. De ahí salieron los primeros ministros extraordinarios de la misa. Llegamos a tener sesenta para llevar la comunión por las capillas y decían la misa hasta el ofertorio, sin hacer la consagración. Y la gente nos decía: 'Que vengan ésos, que nos gustan más que los curas'. Para pertenecer a los Cursillos tenían que tener la papeleta de católico limpia, o sea, casados por la Iglesia. Pero ellos mismos se dieron cuenta de que había cantidad de gente que estaba en el vicio, o que no estaban casados, cosa que era muy frecuente, aunque bautizaban a los hijos. Esa gente no podía ir a los Cursillos, pero entonces empezó en la parroquia el Movimiento Juan XXIII y yo me enrolé en ello como director espiritual. Y como me ligué mucho a ellos, hace unos años me dijeron que fuese a visitarles para dar un retiro eucarístico. Me enviaron los pasajes y estuve allí varios días, y vi que ese movimiento sigue muy activo. Después del retiro, los martes, dan clase de catecismo y reúnen a 500 personas. He vuelto varias veces desde entonces".

Catequesis para búlgaros. "En diciembre de 1991 el provincial me destinó aquí, a Caleruega, un pueblo que se mantiene con dos conventos (de Dominicos y de Dominicas), y con el recuerdo de Santo Domingo de Guzmán. El dueño del bar que hay enfrente de nuestro convento nos dice a veces: '¡Qué sería de mí sin ustedes!'. Soy también el párroco de Caleruega y en la escuela hay doce niños, de los cuales ocho son búlgaros. Éstos vinieron a catequesis durante dos o tres años y al llegar la primera comunión les digo: '¿Cuándo la hacéis?'. Y me contestan: 'No, no hacemos primera comunión porque en Bulgaria no se hace'. Son cristianos ortodoxos, con la misma Biblia que nosotros, y yo voy por sus casas y todos me reciben con mucho afecto. Pero creo que a ellos, al bautizarse, ya les dan la comunión y confirmación. El convento de Caleruega se abrió en 1957 como noviciado de los Dominicos y casa del fundador. Hoy ya no es noviciado, pero acuden dominicos y dominicas de todo el mundo a conocer el lugar de nacimiento de Santo Domingo, a retiros, capítulos, convivencias o a celebrar a lo mejor un centenario o un cincuentenario. Somos algo menos de 6.000 dominicos en el mundo, y unas 3.000 religiosas dominicas".

Delantero centro en Salas. "Mi hermano Pepe siempre fue muy cordial. Una vez se presentó en Puerto Rico para visitarme. Y a esta casa vino algunas veces, y una de ellas puso un autobús para todos los de la familia que quisieran venir a conocer esto. Después vino una o dos veces él solo o con su esposa, María Victoria Menéndez-Castañedo. Por cierto, hay una anécdota muy curiosa. Siendo joven, mi hermano y varios amigos se hicieron directivos de Real Oviedo cuando José María Velasco Álvarez, 'Chuché' era presidente. Un día fue a mi casa de Cangas ese obispo dominico que he dicho antes, Velasco, y al marchar vio que mi hermano tenía un Seat descapotable y quiso volver en él a Oviedo. Pero mi hermano le dijo: 'Es que tengo que parar en Salas porque tenemos allí un delantero centro que estamos a ver si lo fichamos, y si paro va a ser un problema para usted'. Y el obispo le contestó: 'Bueno, pues voy hasta Salas y allí que me coja otro coche'. Llegaron a Salas y el delantero centro era María Victoria, su novia. A mi hermano le pedí algún favor, aunque procuraba no pedir mucho. Pero él siempre era muy atento y en la parroquia de Caleruega pagó la instalación de una nueva megafonía, que fueron varios miles de euros. Y también les dio ayudas económicas a los búlgaros cuando llegaron o lo necesitaron. Fue muy triste perderle".