Los trabajos con una lanzadera de agua a presión para arrancar los materiales inestables de la ladera que el sábado se derrumbó parcialmente entre Soto de Dueñas y Arobes (Parres), obligando a cortar la circulación en la nacional 634, comienzan hoy. La máquina, con una capacidad de entre 500 y 1.000 kilos de presión por centímetro cuadrado limpiará la roca arenisca del argayo con el fin de evitar futuros desprendimientos. Esta lanzadera, que cuenta con un depósito aproximado de 20.000 litros, cargará el agua de las bocas de riego de Arriondas aunque no se descarta obtener un permiso de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico para recoger agua directamente del río Sella, que discurre a escasos metros de la zona afectada.

Esta será, no obstante, la solución aplicada para eliminar los materiales superficiales que quedan en la ladera tras el derrumbe. Tanto el jefe de Demarcación de Carreteras del Principado, César Fernández-Nespral, como el alcalde de Parres, Marcos Gutiérrez Escandón, y el delegado del Gobierno en Asturias, Gabino de Lorenzo, se desplazaron a la zona del argayo para seguir de cerca los trabajos y los tres coincidieron en que se trata de "un problema serio". Por tanto la solución requerirá un tratamiento más en profundidad de la zona y, de momento, nadie se atreve a ofrecer un plazo para la reapertura de la carretera garantizando la total seguridad de los usuarios.

Desde primera hora de la mañana trabajaron una docena de operarios limpiando la maleza del talud con el objetivo de facilitar los trabajos a la lanzadera de agua que hoy actuará. Dos especialistas de la empresa Tradehi accedieron a la ladera afectada, de más de 50 metros de altura, asegurados con cuerdas y arneses para talar cuatro árboles podridos de considerables dimensiones. Hubo que esperar a que pasara el tren de las 12,20 horas para echar abajo el primero por temor a que los desperfectos afectaran a la vía de Feve. Una pala y tres camiones -uno sufrió una avería y quedó inhabilitado- se encargaron de llevar el material extraido hacia un vertedero en Triongo. A media tarde y una vez finalizados los trabajos de poda, la pala comenzó a habilitar una balsa de 40 metros por 3 de ancho y una profundidad de 1,5 metros debajo del argayo. El objetivo de esta construcción era retener el agua y sedimentos que hoy se desprendan con el agua a presión.

Hasta el punto kilométrico 347 también se desplazaron ayer desde Madrid varios expertos en ingenieria civil y geotécnica del Ministerio de Fomento para estudiar el terreno. A la inspección se unió alrededor de las 16 horas un dron de reducidas dimensiones con una cámara incorporada que hizo fotos y vídeos de la zona afectada.

El alcalde de Parres pidió además a los parragueses que se desplacen hacia la zona central que tomen la autovía por Ribadesella para evitar la congestión de tráfico en los desvíos establecidos en Llames de Parres y Prunales-Cuadroveña. En ambas bifurcaciones el tráfico a vehículos con un peso mayor a 3.500 kilos está prohibido, lo que ha supuesto un problema para ganaderos de las localidades como Llames de Parres, donde los camiones del pienso y de la leche no pueden subir. Tres representantes de los ganaderos se reunieron ayer con el teniente alcalde de Parres, Emilio García Longo y le arrancaron la promesa de hablar con Delegación del Gobierno para poner fin a la incómoda situación. Transportistas de paquetería como el ovetense Pablo García ven el corte "una faena porque retrasa mucho el trabajo". El tratante José Enrique Fernández espera "que se arregle pronto" pero "lo primero es la seguridad".