El uso del ferrocarril en Asturias se hunde. Desde el inicio de la crisis, el número de pasajeros de Renfe descendió un 30%, y un 40% el de Feve. Pero, además, esta tendencia será más acusada en los próximos años, según el Plan Director de Infraestructuras para la Movilidad de Asturias 2015-2030, elaborado por la Consejería de Fomento. En el documento se vincula este desplome a la falta de oferta competitiva y atractiva, y plantea potenciar servicios semidirectos en las franjas horarias de mayor demanda y mejorar la periodicidad. También se plantean modificaciones en los trazados para atender tanto a los viajeros como el transporte de mercancías. El Principado también descarta el AVE del Cantábrico que defiende el Gobierno central y plantea un servicio de mayor velocidad que la actual y de ancho internacional que conecte los puertos de la cornisa Cantábrica.

Según el estudio que maneja la Consejería de Infraestructuras, la crisis ha reducido los desplazamientos en todos los medios de transporte, también en vehículo particular (-7%) y en autobús y autocar (-15,5%). Sin embargo, mientras que para estos se prevé un repunte progresivo, ocurre lo contrario para el tren. Así, los viajes interurbanos pasarán de 47 millones en 2012 a 86 millones en 2030. Pero mientras que el coche privado aumentará su uso del 74,8% al 77,6%, y el autobús subirá del 12,9% al 14,5%, el tren reducirá su tasa del 12,2% al 7,7% en los próximos 15 años.

El plan PIMA presentado ayer por la consejera de Fomento, Belén Fernández, plantea varias medidas encaminadas a mejorar la explotación de la red ferroviaria y de las infraestructuras.

Por un lado, se propone potenciar los servicios semidirectos en las líneas de Renfe y Feve en las franjas horarias de mayor demanda, que son de 8,00 a 10, horas, de 13,00 a 16,00, y de 18,00 a 21,00 horas. Además, habría que mejorar la periodicidad con una frecuencia de 15 minutos en las horas punta para los servicios semidirectos entre Oviedo y Gijón, y de 20 minutos para el resto.

Otra de las propuestas es modificar los trazados y la duplicación de vías o variantes (según los casos) para atender la demanda tanto de viajeros como del transporte de mercancías, con el objetivo de potenciar la competitividad de la economía regional.

Si estas medidas se hubieran acometido ya, a día de hoy los viajes por ferrocarril serían de 11,9 millones anuales en vez de los 7,6 actuales y en 2030 llegarían a los 16,6 millones.

Estas modificaciones se deben contemplar en el escenario que abrirá la llegada de la alta velocidad a Oviedo y Gijón (se plantea un ramal a Avilés) y el corredor transcantábrico. Respecto de esta obra, el Principado descarta en su plan el AVE que plantea el Ministerio de Fomento porque, según el Gobierno regional, ofrecería un servicio limitado, al ser sólo para viajeros, y además tendría un enorme impacto ambiental en Asturias. En su lugar, lo que se propone es un ferrocarril mixto, de largo recorrido y de cercanías, que mejore sustancialmente la velocidad comercial y esté dotado del ancho internacional.