Un maquinista de Renfe ha sido condenado a una pena de diez días de multa, a razón de 5 euros por cada uno de ellos, como autor de una "vejación injusta de carácter leve" hacia un pasajero que le afeó el que estuviera fumando en la cabina de un tren que cubría el trayecto entre Oviedo y Avilés. En concreto, el juez que vio el caso considera probado que el empleado de Renfe llamó "tonto de los cojones" al viajero.

En líneas generales, el juez da por buena la versión facilitada por el pasajero, Sigfredo Eulogio del Barrio Díaz, ratificada por varios testigos que iban en el tren.

El convoy había salido de la estación de Llamaquique a las 14.26 horas del 28 de octubre de 2014. Ya en marcha, Del Barrio asegura que tanto él como otros viajeros percibieron un olor a tabaco que salía de la cabina del maquinista, al que vieron fumando un cigarro. "A la altura de la localidad de Cancienes accedí al interior, instándole a que lo apagase, ya que allí está prohibido fumar, a lo que éste, ante mi sorpresa, me dice: Vaya hombre, ya está aquí el tonto de los cojones, sal de la cabina que no puedes estar aquí. Voy a llamar a la Guardia Civil", sostiene Sigfredo Eulogio del Barrio, que, tras este incidente, decidió volver a su asiento. Sin embargo, según su relato, el maquinista se asomó a la puerta de la cabina, "todavía con el cigarrillo en la mano", aseguró que había sido amenazado por Sigfredo, que se sentía intimidado y que no estaba en condiciones de continuar si éste no se bajaba del tren.

El convoy no reanudó la marcha hasta que llegó la Guardia Civil para identificar a los protagonistas de la disputa y tomar declaración a varios testigos.

Del Barrio acudió al día siguiente al cuartel de la Guardia Civil de Corvera, donde presentó una denuncia por injurias contra el ferroviario. Ya en el juicio de faltas, el viajero mantuvo ante el juez la misma versión sobre lo sucedido. Aunque el magistrado estima en su sentencia que, en un principio, podría tratarse de un cruce de "versiones contradictorias", de la prueba practicada sacó en claro que el denunciado sí que tildó a Sigfredo de "tonto de los cojones".

Uno de los testigos declaró que Del Barrio se levantó para llamar la atención del conductor del tren por estar fumando, aunque no sabe si realmente era así, que escuchó una discusión, que el pasajero no intentó agredir al maquinista y que éste sí que le insultó dentro del vagón. Otras dos testigos trasladaron al magistrado una versión similar, confirmando que se había producido el insulto. "Con base en dicha prueba, resulta acreditado, más allá de toda duda razonable, que el maquinista vertió la expresión denunciada contra el pasajero y que éste no trató de agredirle en ningún momento", dice la sentencia.

Al calificar los hechos, el juez estima que se produjo una "vejación injusta de carácter leve". Y argumenta: "Proferir hacia el pasajero denunciante las expresiones tenidas por probadas (tonto de los cojones) excede de lo necesario para expresar cualquier desavenencia o dar incluso cualquier legítima instrucción al mismo en su condición de maquinista a cargo del convoy, y es una expresión que, objetivamente, por sus connotaciones molesta a quien resulta destinatario de la misma, máxime proviniendo de quien está prestando un servicio público, habiendo sido oída por varios de los pasajeros".