Rafael Muñoz Pérez, el madrileño de 27 años afincado en Gijón que fue detenido el pasado viernes acusado de pertenecer a grupos independentistas prorrusos que participaron en el conflicto de Ucrania, se encuentra "tranquilo" y con "ganas de recuperar su vida". Así lo afirman sus amigos, que no se han separado de él desde que el joven abandonara los calabozos de la Comisaría de El Natahoyo (Gijón) a las ocho de la tarde del viernes tras 14 horas de arresto. Muñoz no entiende las razones que llevaron a la Policía Nacional a detenerle y asegura que durante los tres meses que estuvo en Ucrania, el verano pasado, realizó sólo "labores humanitarias". "Estamos convencidos de que todo esto en unos meses quedará en nada. Es un montaje de la Policía para amedrentar a los jóvenes", aseguró Adrián Arias, uno de los amigos más cercanos a Muñoz y, además, compañero de militancia del joven en Izquierda Unida de Gijón.

El madrileño se encuentra ahora, como los otros siete prorrusos que fueron detenidos gracias a la "operación Danko" -en Cartagena, Barcelona, Cáceres, Pamplona, Alcorcón y dos en Madrid-, a la espera de pasar a disposición de la Audiencia Nacional para explicar ante el juez que dirige los trabajos policiales sus razones para desplazarse a Ucrania. "Aún no sabemos qué se le imputa exactamente, más allá de lo que hemos podido leer a través de los medios de comunicación. Lo que parece querer conseguir el Estado es información", afirma Antonio Segura, el abogado del gijonés. El letrado madrileño espera que el Juzgado central de instrucción agilice los trámites para que su cliente se pueda explicar ante un tribunal lo antes posible.

En Gijón, ayer, lo que preocupaba a los más cercanos a Muñoz eran las consecuencias que para el joven pueden tener las horas que pasó detenido en la Comisaría. "Él tiene un trabajo estable que consiguió con esfuerzo después de venir de Ucrania y una vida tranquila que no nos gustaría que perdiera. La decisión del ministro del Interior ha puesto todo su mundo en riesgo. Si hubieran querido obtener información de lo que hizo, bastaba con que hubieran hablado con él cuando llegó a España, citándole en la Comisaría", dijo Adrián Arias.

Lo cierto es que Rafael Muñoz Pérez -que se desplazó a la región ucraniana de Donetsk en el mes de agosto del año pasado y regresó a Gijón en noviembre- fue puesto en libertad sin pasar a disposición judicial. La Policía le trasladó a su casa, en la zona de Cabueñes, en un coche camuflado. Su abogado no se explica qué pasos se siguieron para decretar su arresto y duda de la consistencia de los argumentos que el pasado viernes esgrimió la Policía y que se basaban fundamentalmente en las imágenes y los vídeos que tanto el joven vecino de Gijón como el resto de detenidos y compañeros de viaje habían compartido en la redes sociales.

Los investigadores aseguraban a través de un comunicado hecho público poco después de los arrestos que tanto Rafael Muñoz como el resto de arrestados "podrían haber cometido delitos que comprometen la paz o la independencia del Estado al tratarse de españoles que, al participar en un conflicto armado, violentan la neutralidad de España en la Comunidad Internacional".

El abogado del madrileño afincado en Gijón mantiene que con la detención se ha vuelto a poner a su cliente en la diana de los grupos de ultraderecha de la ciudad, que ya habían amenazado a Muñoz en varias ocasiones a través de las redes sociales al enterarse de su participación en el conflicto ucraniano. "No hay que olvidar que allí fue a combatir al fascismo", aseguró el viernes uno de los amigos de Muñoz, que le conoció durante su militancia en Izquierda Unida de Candás en el año 2010, cuando el joven llegó a Asturias con su novia y se estableció en la capital de Carreño.

La Policía Nacional también imputa a Rafael Muñoz la comisión de "delitos de cooperación o complicidad en asesinatos y homicidios llevados a cabo por los batallones a los que se unió". Unas acusaciones demasiado graves, en palabras de su letrado, que asegura que aún no ha podido "ver ningún papel que demuestre todo lo que se está diciendo contra él". El letrado de Muñoz se define a sí mismo en su propia web como experto en "asuntos penales, como asesinatos, terrorismo, asistencia a centros penitenciarios, acuerdos extrajudiciales o celebración de juicios con jurado popular".

La dirección de IU de Asturias, de la que Rafael Muñoz es afiliado, descartó la adopción de medidas a la espera de la evolución del caso. De momento, ni siquiera hay una imputación judicial. "Es militante de Izquierda Unida, pero su decisión es estrictamente personal. Izquierda Unida es una organización política, comprometida con la paz y el desarrollo de los pueblos y tiene su posición sobre este conflicto", declaró el coordinador general de la coalición en Asturias, Manuel Orviz.