Serán 350 preguntas de tipo test las que evalúen los conocimientos aprendidos a lo largo de 12 años de colegio e instituto. Esas 350 cuestiones (la mayoría referidas a materias troncales, 200) están llamadas a sustituir a la actual prueba de selectividad (PAU).

El borrador del Ministerio de Educación de lo que, en el futuro, será el real decreto por el que se establecen las características generales de las pruebas de las evaluaciones finales, las "reválidas" de la reforma legal de la LOMCE, ya circula por las administraciones autonómicas. En ese decreto se perfilan los "exámenes" para los finales de etapa de Primaria, ESO y Bachillerato. Este último abre la puerta a la Universidad, aunque la nueva normativa faculta a cada distrito universitario a poner pruebas y condiciones específicas para la matriculación en sus diferentes centros.

Los responsables del Ministerio han convocado hoy a las comunidades a una reunión preparatoria de la conferencia sectorial donde se debatirá este sistema de pruebas. Estará en Madrid la directora general asturiana de FP, Victorina Fernández. Las pruebas de tipo test serán comunes en todo el país, única forma de garantizar una evaluación uniforme. Los escolares q ue terminen la Secundaria Obligatoria deberán responder el mismo número de preguntas, 350. El formato será muy parecido: preguntas con cuatro posibles respuestas.

La LOMCE incluye evaluaciones en sexto de Primaria, cuarto de la ESO y al final de segundo de Bachillerato. Hay una prueba complementaria que se desarrollará al final del tercer curso de Primaria para los niños de 9 años, pero que no constará en el expediente y es más bien para informar de la salud educativa de los colegios.

Las primeras pruebas de test se estrenarán al final del curso 2016-17, pero con sordina, porque el examen de test de final de la ESO no tendrá en su primera convocatoria efectos académicos, mientras que el de final del Bachillerato servirá para el acceso a la Universidad. Los alumnos que suspendan la prueba pueden, no obstante, obtener el título de Bachillerato. Pero sólo por ese año.

La nota de la reválida de final de la ESO valdrá un 30% sobre la nota final. Por tanto, la nota media de la etapa de Secundaria Obligatoria cuenta un 70% de la nota final. Pero el Ministerio señala que las cuentas se hacen a partir de que el alumno apruebe, al menos con un 5, la reválida de tipo test. Si no, no hay media posible. Al examen de final de etapa de la ESO se podrán presentar todos los alumnos que tengan menos de tres asignaturas pendientes, salvo que las dos materias suspensas sean Lengua y Matemáticas.

En el Bachillerato, el baremo del examen final, al que sólo podrán presentarse los alumnos con todo aprobado, se queda en el 40%. Cambia poco en este sentido, ya que la nota de la actual PAU también tiene el mismo peso en relación con el 60% de "la media de las calificaciones numéricas obtenidas en cada una de las materias cursadas en Bachillerato".

Los alumnos podrán repetir la reválida si la han suspendido en primera convocatoria o si la han aprobado y quieren subir la nota. En este último caso se les mantendría el aprobado ya conseguido.