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Tráfico rechaza las críticas en Asturias: "No recaudamos, somos transparentes"

Los conductores, indignados con la última campaña de multas, denuncian que ningún tramo peligroso tiene radar

Tráfico rechaza las críticas en Asturias: "No recaudamos, somos transparentes"

El resultado de la última campaña de la Dirección General de Tráfico (DGT) contra el exceso de velocidad -que en Asturias ha logrado la mayor cosecha de multas de los últimos años- ha provocado un nuevo debate entre las asociaciones de conductores. Unas denuncian el afán recaudador de la administración y la mala señalización de las carreteras en Asturias y en España. Otras defienden que es necesaria una mayor concienciación de la sociedad para que se respeten los límites de velocidad y se cumpla con las normas. La DGT, con una filosofía más afín a estos últimos colectivos, rechaza el afán de recaudación porque si fuera así, alega, no indicaría dónde están instalados los radares ni se anunciarían las campañas y las vías en las que se van a desarrollar.

Casi un millar de conductores asturianos fueron denunciados en la campaña que la DGT desarrolló entre el 13 y el 19 de abril pasado, en la que se controlaron un total de 26.289 vehículos. En términos absolutos, fue la mayor cosecha de multas en las campañas impulsadas por Tráfico desde 2011. Las carreteras secundarias y travesías -vías con un sólo carril en cada sentido- concentraron el 71% de los controles y de las sanciones. Pero la interpretación de estos resultados difiere según el colectivo que los analice.

La jefa provincial de Tráfico en Asturias, Raquel Casado, rechazó totalmente el afán recaudatorio de Tráfico con los radares. "Se dice dónde están, cuándo se hacen campañas y dónde, los agentes se ponen en sitios que se les vea... Si se quisiera recaudar, no seríamos transparentes. Pero se trata de concienciar a la sociedad, no de ingresar", explicó el pasado martes a este diario en la Delegación del Gobierno, tras la reunión del Pleno de la Comisión de Tráfico. También indicó que, de momento, no se prevé instalar más radares en Asturias.

Raimundo García, presidente de la Asociación Española de Accidentalidad Vial, denunció la "total falta de credibilidad en la señalización". Según explicó, "los límites genéricos que se aplican en las carreteras españolas no son válidos por exceso o por defecto. Sería necesario realizar una auditoría de seguridad de las carreteras para conocer su estado real y en función de sus características determinar los límites con visión de funcionalidad y racionalidad. Y después sí se tendría que hacer las campañas de velocidad, porque sí es creíble la señalización".

García aseguró que "el sistema punitivo está agotado. La reducción de la siniestralidad en los últimos años se explica por la crisis, porque había menos vehículos circulando, como lo demuestra la caída del consumo de combustibles". Una situación que está revirtiendo desde el segundo semestre de 2014, cuando se empezó a detectar un incremento en las ventas de carburantes. De hecho, según García, la mayor caída de la siniestralidad en los últimos años se produjo en España, Grecia y Portugal, países donde la recesión tuvo especial incidencia.

Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, incidió en que el incremento de multas "lo que indica es que el sistema de radar no es eficaz, porque su objetivo final es que se reduzcan el número de multas, no que aumenten. Esto indica dos cosas: que o bien los límites de velocidad no son creíbles y por eso los conductores se los saltan, o que la señalización no es visible. Y si un radar no cumple con la función de prevención se convierte en un instrumento eficaz de recaudación".

Según explicó, "la generalización en los límites de velocidad, en lugar de adaptarlo a los tramos de carretera, hace que no sean creíbles y no generen más seguridad, sino que simplifica el trabajo de la Administración y es un sistema recaudatorio". También denunció que "Asturias tiene 17 de los 125 tramos más peligrosos de toda España y en ninguno de ellos hay radar".

En el lado opuesto está Eduardo Llano, vicepresidente de Aspaym (la asociación de parapléjicos y grandes discapacitados del Principado) y firme defensor de los límites de velocidad y la aplicación de medidas para que se cumplan. "Los límites de velocidad genéricos son la manera más fácil de que a todos nos vaya bien. Si cumples con la señalización, no te multarán. Si circulas bien y se produce un accidente, es inevitable. Si vas mal, a lo mejor lo podías haber evitado o al menos podría haber sido menos grave".

Olé Thorson, presidente de la Asociación de prevención de accidentes de tráfico en España, considera que "la práctica totalidad de los límites de velocidad están bien puestos. Si se incumplen, el conductor sabe que se expone no sólo a una multa y un castigo, sino a tener un accidente o provocarlo. En general, ha habido un cambio de mentalidad, pero aún queda mucho camino que recorrer".

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