El 28 por ciento de la población asturiana, o lo que es lo mismo 305.710 habitantes, no están conectados a día de hoy a redes de depuración de aguas residuales, según el último informe publicado por el Consejo Económico y Social del Principado (CES) sobre la situación medioambiental de la región. La Coordinadora Ecologista asegura, no obstante, que las deficiencias en los sistemas de saneamiento afectan a medio millón de asturianos. Por su parte, la Confederación Hidrográfica de Asturias abrió el año pasado 56 expedientes sancionadores por vertidos de aguas fecales y resolvió un total de 73. A partir de estos datos, la realidad es que la mayoría de concejos, entre ellos Oviedo, Gijón y Avilés, incumplen la normativa europea que les obligaba a tener completados ya en el año 2005 sus sistemas de depuración.

El caso de Gijón es especialmente preocupante ya que la estación que debería dar servicio a la zona este de la ciudad está aún por construir y, sobre ella, pesa una orden judicial que puede dilatar en el tiempo su puesta en marcha. En relación al resto de concejos, la falta de saneamiento afecta principalmente a las zonas rurales. También es llamativa la situación que vive Villaviciosa con prácticamente todo por hacer. De hecho, la ría lleva cerrada más de dos años al marisqueo por contaminación bacteriana. Asimismo, sorprende que hasta este año no se hayan adjudicado las obras para la construcción de una estación depuradora en Navia y que cinco pueblos del concejo de Caso sigan vertiendo a los ríos que alimentan los pantanos abastecedores de la zona central de Asturias. A continuación, se expone de forma detallada la situación en cada área.

El triángulo asturiano. En Oviedo, según explica el responsable de la Coordinadora Ecologista de Asturias, Fructuoso Pontigo, la situación es especialmente sangrante por ser uno de los concejos en los que las deficiencias de saneamiento afectan a un mayor número de habitantes. En concreto, a casi la mitad de la población. Pontigo asegura que una parte de los hogares están vertiendo sus aguas fecales a los ríos Nora y Gafo, a la altura de Las Caldas.

En Gijón, el plan de saneamiento diseñado en 1991 continúa sin ejecutar. Este planeamiento divide al concejo en dos cuencas: zona este y zona oeste. Si bien la primera tiene una planta de tratamiento de aguas residuales funcionando a pleno rendimiento, no ocurre lo mismo en la zona oriental del municipio. En ella, los residentes en la colonia residencial de El Pisón, lugar donde se decidió ubicar las instalaciones, han plantado una dura batalla judicial. La estación todavía se encuentra en construcción y, sobre ella, pesa una orden judicial provisional de paralización de las obras tras una sentencia ganada por los vecinos.

En Avilés, el plan integral de saneamiento de la ría comenzó a germinar en la década de 1990 y aún hoy permanece incompleto. Al ambicioso proyecto para recuperar el estuario le falta una pieza: la activación del colector industrial, puesto que recogerá las aguas residuales de las industrias de la comarca. Hace ya más de tres años que terminó la construcción de este conducto de 16 kilómetros (supuso un desembolso de 18 millones de euros), pero trámites burocráticos han ido retrasando su puesta en marcha. La tubería recibirá las aguas industriales de la mayor parte de las fábricas ubicadas en la comarca avilesina e incluso de Cogersa.

Zona central. En Siero, cuarto concejo de Asturias, los problemas de saneamiento afectan a prácticamente toda la zona rural. La gran mayoría de las parroquias rurales tiene algún tramo de saneamiento pendiente de realizar. Algunas de ellas son Feleches, Lieres, Valdesoto, Vega de Poja, Carbayín o Granda. Actualmente, está proyectado un ramal en el colector de Villaperi, que tiene un presupuesto de 14 millones de euros y que resolvería buena parte de los problemas de toda la zona este del concejo, Lieres y su entorno. El proyecto está aprobado dentro de un plan de intervención del Principado y se supone que saldrá adelante en poco tiempo.

Aparte, se estima que un 35 por ciento del territorio que cuenta con el diez por ciento de la población local, no dispone de abastecimiento municipal de aguas. En esas zonas, se trabaja con cooperativas. Las más grandes de ellas son la de Aramil, Feleches y Collao.

En Villaviciosa, el saneamiento es una de las grandes cuestiones pendientes. A pesar de que el gobierno local acometió obras en la red municipal en estos últimos cuatro años para eliminar los vertidos del casco urbano, aún queda demasiado por hacer. De hecho, la ría continúa cerrada al marisqueo desde noviembre de 2011 por contaminación bacteriana por É.coli y mucho tiene que ver la falta de este servicio básico.

El Principado está acometiendo las obras de saneamiento de Seloriu, Carda y Tornón, en la margen derecha del estuario maliayo. Pero otro gran reto es que el Gobierno central asuma la ejecución de los trabajos en la margen izquierda, pues dotar de red a localidades como Bedriñana o San Martín del Mar es una necesidad perentoria. Los pueblos de Les Mariñes también llevan años demandando su propio saneamiento, del que carecen, al igual que casi toda la zona rural.

En Carreño, hay deficiencias en la zona rural, así como en su capital, Candás. En esta localidad, los vecinos de las calles Carlos Albo y Pedro Herrero han llevado al Ayuntamiento a los tribunales para que conecte los edificios afectados al colector general y dejen así de verter sus aguas a la playa de La Pregona.

Las Cuencas. Los principales problemas con el saneamiento en los municipios de las cuencas mineras se producen en la zona que precisamente abastece de agua a buena parte de la zona central de Asturias. Hasta este año, casi todos los pueblos del concejo de Caso vertían directamente a los pantanos de Tanes y Rioseco, que la empresa Cadasa utiliza para el abastecimiento. El Principado acabó las obras el año pasado, pero aún queda una parte de los trabajos que, por convenio, le correspondía a la Administración central a través de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. Pueblos como Bezanes, Tarna, La Foz y Pendones siguen sin saneamiento, vierten a los ríos que alimentan los pantanos y, en principio, las obras para que tengan saneamiento no se contemplan, al menos, hasta el período 2022-2027. Eso sí, en los últimos días, la Confederación Hidrográfica ha puesto sobre la mesa un proyecto alternativo que podría ayudar a arreglar el problema en menos tiempo.

Oriente. En Llanes, falta por poner en marcha las fases del saneamiento en la zona del valle de San Jorge. También está pendiente una parte en la localidad de San Roque del Acebal. Según explica el primer teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Llanes, José Herrero, el Ayuntamiento aspira, en un futuro cercano, a ejecutar el saneamiento en la parroquia de Pría. En Cabrales, no se cuenta con saneamiento en las localidades de Carreña, Asiegu, Berodia y Ortigueru. Por su parte, en Peñamellera Alta, en la Baja y en Ribadedeva están prácticamente todos los pueblos conectados a una red.

Occidente. En Navia, donde se siguen vertiendo residuos al mar, se adjudicó este año la construcción de una estación depuradora, que dará servicio a este concejo y al de Coaña. Tiene un presupuesto de siete millones de euros y un plazo de ejecución de 33 meses. En Cangas del Narcea, se trabaja actualmente en las obras de saneamiento de Robledo de Tainás. La previsión es que los trabajos estén finalizados en menos de seis meses. Mientras, en el pueblo cangués de Genestoso están pendientes del inicio de los trabajos.

En Tapia, se está redactando el proyecto del saneamiento integral de la rasa costera. Y, en Castropol y Vegadeo, está en ejecución otro ambicioso plan de saneamiento y depuración integral de la ría del Eo, que afecta a las parroquias costeras de ambos concejos.